Estados Unidos.- Este martes un jurado del tribunal federal de Nueva York declaró a Donald Trump como culpable de agresión sexual y difamación hacia la periodista E. Jean Carroll, noticia que ha generado revuelo, ya que se da justo mientras el republicano se encamina nuevamente hacia las elecciones presidenciales de 2024. Sin embargo, la gran incógnita que ha surgido de toda esta situación es si el magnate podría ir preso.
La respuesta es no, pues si bien el empresario fue acusado de agredir sexualmente a E. Jean Carroll y de haberla difamado, no fue declarado culpable de violarla. En este sentido, al ser una acusación civil, Donald Trump deberá responder a ella con una multa de 5 millones de dólares por daños y perjuicios.
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El juez a cargo del polémico caso, Lewis Kaplan, no solicitó al jurado determinar si el expresidente era culpable de violar a la experiodista, sino que se enfocó en cuestionar su lo consideraban civilmente responsable por la agresión sexual que Carroll asegura haber sufrido en los probadores de unos almacenes de lujo neoyorquinos hacia 1996.
Donald Trump, quien actualmente enfrenta más de un proceso legal, no declaró durante el juicio y su defensa convocó a ningún testigo, pero en un video de la declaración bajo juramento que hizo a la abogada de Carroll, Roberta Kaplan y que fue mostrado al jurado, este tacha a la experiodista de “mentirosa” y “enferma”.
Por otra parte, aunque el veredicto civil emitido este 9 de mayo en contra de Donald Trump parece estruendoso, lo cierto es que podría no afectarlo sustancialmente, ya que, además de no ir a la cárcel, es poco probable que este tenga un impacto negativo en los principales partidarios del político, quienes ven sus problemas legales como parte de un esfuerzo concertado de los opositores para socavarlo.
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En este punto, cabe recordar que los números en las encuestas de Donald Trump mejoraron después de que fue acusado en marzo por sus presuntos pagos irregulares a la estrella porno Stormy Daniels. Esa acusación, presentada en la corte del estado de Nueva York, lo convirtió en el primer presidente de los Estados Unidos en ser acusado penalmente.
