Estados Unidos.- Gran conmoción ha provocado el caso de Hillary Brown, una mujer de 33 años, residente de Florida, quien murió durante un procedimiento que era dirigido por su propio esposo, el cirujano plástico Dr. Ben Brown, en Restore Plastic Surgery en Gulf Breeze, Pensacola.
La mujer decidió someterse a varios procedimientos en el consultorio de su esposo, pero el 21 de noviembre, durante las cirugías, Hillary Brown experimentó convulsiones y un paro cardíaco. De inmediato el doctor a cargo se comunicó con el número de emergencias, argumentando que la reacción de la paciente podría haber surgido tras ser sobremedicada.
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Hillary, quien era madre de tres hijos de un matrimonio anterior y llevaba dos años casada con el cirujano, de 40 años, fue intervenida de emergencia por el personal médico. Sin embargo, una semana después, se decidió retirarle el soporte vital debido a que sufrió una falta prolongada de oxígeno en el cerebro y se procedió a la donación de sus órganos.
La portavoz de la oficina del sheriff, Jillian Durkin, afirmó que el caso está siendo investigado y que esto ocurre cuando la muerte es inesperada o bajo circunstancias inusuales, por lo que resulta necesario determinar si el fallecimiento de Hillary fue accidental o si se trató de algo provocado por su pareja.
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Por otra parte, el medio Usa Today destaca que en la carrera del Dr. Brown, su consultorio ya afrontó dos demandas por mala praxis. En una de las demandas contra Restore Plastic Surgery, Wendy y William Carden alegan que Ben Brown usó materiales ajenos para una cirugía reconstructiva post-mastectomía sin el consentimiento de Wendy en 2018, lo que provocó una infección y sepsis en la zona operada.
Además, también se le acusa de negligencia por no supervisar la posición de las extremidades superiores, resultando en daño nervioso y otras lesiones permanentes en Wendy Carden.