Dinamarca.- Ya sea buena o mala suerte, un pescador danés atrapó el objeto menos pensable en el mar, pues el hombre encontró entre las redes de captura una bomba de la Segunda Guerra Mundial en las aguas de Langeland.
Después de la sorpresa que supuso tal hallazgo, el pescador notificó inmediatamente a las autoridades del explosivo de 130 kilos y detonado por las fuerzas armadas del país
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El ministro de defensa de Dinamarca dio a conocer los hechos al público a través de un comunicado, y compartió que las autoridades correspondiente procedieron con la explosión controlada a 15 metros de profundidad. Esto después de que trasladaron la bomba a 3.2 kilómetros de la costa para neutralizarla de forma segura sin poner en peligro a la población cercana.
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Durante la Segunda Guerra Mundial, ejércitos de distintos gobiernos lanzaron millones de toneladas de explosivos, y no todas cumplieron su misión. Algunas quedaron enterrados en el suelo o sumergidas en el mar sin detonarse.
Los expertos calculan que al menos el 10 por ciento de las bombas lanzadas durante la guerra no explotaron, lo que significa que miles de estos artefactos potencialmente mortales permanecen ocultos en el suelo o en el lecho marino. La corrosión, el deterioro y la exposición a los elementos pueden hacer que estas bombas se vuelvan inestables con el tiempo, aumentando el riesgo de detonación espontánea.
Ante esta amenaza latente, las autoridades en todo el mundo están llevando a cabo esfuerzos sostenidos para localizar y desactivar estas bombas.
