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Estados Unidos. La existencia de la nueva variante del COVID-19, la llamada Ómicron, sigue generando incertidumbre y temor en el mundo entero, pues aunque ya hay diversas investigaciones al respecto, siguen datos desconocidos sobre esta cepa.
En lo que compete a Estados Unidos, las autoridades sanitarias han expuesto las altas cifras de contagios de esta variante en menores de edad. Y causa alarma al tratarse de niños, de menos de cinco años de edad, que aún no pueden ser vacunados.
Como ejemplo, en el hospital pediátrico más grande del país, el Hospital Infantil de Texas en Houston, reportó un aumento de más de cuatro veces en las hospitalizaciones de niños por COVID-19 en las últimas semanas, esto sobre todo derivado de la propagación de las variantes Ómicron y Delta.
“Tenemos ya cifras asombrosas de este repunte de ómicron. (…) Rompimos récords anteriores que se establecieron durante el repunte de delta en agosto”, precisó Jim Versalovic, patólogo en jefe del hospital.
Lamentablemente, al no ser todavía un sector apto para recibir la vacuna, los niños menores de cinco años son quienes están llenando las salas de los hospitales infantiles en el Norte de Texas.