Estados Unidos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido mantener el nivel de alerta máxima ante el creciente número de casos de viruela del mono (mpox) y la expansión geográfica de la enfermedad. La decisión, respaldada por un comité de expertos, se fundamenta en el aumento constante de contagios, así como en factores como la violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC) que complica la respuesta sanitaria, y la falta de financiamiento para enfrentar la crisis.
Desde que se declaró la emergencia sanitaria internacional en agosto de 2022, la mpox ha afectado a numerosos países, con casi 128 mil casos confirmados en 130 naciones y 281 muertes. La enfermedad, causada por un virus de la misma familia que la viruela, puede transmitirse por contacto físico cercano o con animales infectados, y presenta síntomas como fiebre, dolores musculares y lesiones cutáneas que pueden llegar a ser mortales en algunos casos.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, subrayó que la alerta sigue siendo relevante debido a la propagación de la enfermedad, particularmente en comunidades afectadas por conflictos como en la RDC. Esta nación ha sido el epicentro de los primeros casos humanos detectados en 1970. Desde entonces, la mpox ha evolucionado, con la variante clado 2 expandiéndose globalmente en mayo de 2022, principalmente afectando a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
El virus de la viruela del mono se propaga principalmente a través de contacto directo con erupciones, costras o fluidos de personas infectadas. También puede transmitirse indirectamente, tocando objetos que han estado en contacto con estos fluidos, o a través de gotas respiratorias en contacto cercano.
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Ciertos comportamientos aumentan el riesgo de contagio, como las relaciones sexuales sin protección, la convivencia estrecha con una persona infectada, o la manipulación de materiales contaminados, lo que pone en mayor riesgo a los trabajadores de la salud y personal de limpieza. A pesar de esto, cualquier persona puede ser susceptible de contraer la enfermedad.
Para prevenir el contagio, la OMS recomienda varias medidas clave: practicar una higiene personal rigurosa, incluyendo el lavado frecuente de manos, y utilizar equipo de protección como guantes y mascarillas en entornos médicos o al cuidar a personas infectadas. Además, existen vacunas que pueden ofrecer protección contra la viruela del mono, por lo que se aconseja consultar a profesionales de la salud sobre su disponibilidad y la recomendación según el riesgo individual.
A medida que los casos continúan aumentando, es crucial mantener una vigilancia epidemiológica estricta y reforzar las medidas preventivas en todo el mundo.
