Bogotá.- Más de 22 millones de los alrededor de 117 millones de menores que hay en Latinoamérica y el Caribe están sin escolarizar o en riesgo grave de dejar la escuela, lo que prácticamente equivale a un futuro de exclusión social como adultos.
Esa es la principal conclusión de un nuevo informe regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), realizado junto al Instituto de Estadísticas de la Agencia Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco) y divulgado ayer por internet.
?Completar la Escuela. Un Derecho para Crecer, un Deber para Compartir?
revela los problemas de escolarización en 31 países de América Latina y
el Caribe, con especial atención en Bolivia, Brasil y Colombia. También plantea estrategias para superar esas dificultades, centrándose no sólo en la demanda sino en la oferta educativa.
La idea central del informe es que ?la escolarización total, oportuna,
sostenida y plena? es tanto un derecho de los menores como un deber de
todos los sectores y agentes implicados de manera colectiva.
Pero la escolarización total es todavía un sueño a
tenor del informe, que forma parte de una iniciativa global lanzada por
la Unicef en 2010 con el lema ?todos los niños en la escuela en 2015?.
De los 22.1 millones de niños y adolescentes con problemas de
escolarización en la región, 6.5 millones no asisten a la escuela y 15.6
millones sí lo hacen pero arrastran fracasos y señales de desigualdad expresadas en dos o más años de desfase grado-edad o rezago escolar.
El informe consideró los perfiles de los grupos más afectados por la exclusión de las aulas, que son los indígenas, los afrodescendientes, los discapacitados y los residentes en zonas rurales, así como las barreras para lograr una educación sostenida y oportuna, y las estrategias para eliminarlas.
?La educación es clave para hacer frente a las profundas inequidades en
nuestra región. Debemos trabajar desde todos los sectores para que todos
los niños, niñas y adolescentes puedan completar la escuela?, dijo en
el informe el director regional para América Latina y el Caribe de
Unicef, Bernt Aasen.
Los autores del informe concluyeron que aún hay muchos ?niños y niñas
que ingresan tarde al sistema educativo, que fracasan reiteradamente,
que no encuentran experiencias pedagógicas que les permitan desarrollar
sus capacidades y que viven situaciones de discriminación?.
Los datos muestran que en algunos países, la asistencia a la escuela de
la población en edad de estar en la secundaria es menor de 50% en las
zonas rurales. También evidencian que los menores que trabajan ?10% de
los que tienen entre 5 a 17 años de edad en la región? faltan más a la
escuela que sus compañeros y obtienen, en promedio, entre 7 y 22 puntos
menos en evaluaciones de calidad de la enseñanza.
En el caso del género, en determinados contextos son los varones los que
presentan mayores tasas de exclusión, pero en otros, especialmente en
el ámbito rural o indígena, son las mujeres.
Un dato más positivo es que la mitad de las escuelas de Brasil,
Colombia, El Salvador, México y Perú tienen biblioteca y que en el caso
de Argentina, Cuba, Chile, Guatemala y Uruguay, este porcentaje es mayor
al 60%.
En el informe se determinan cinco ?dimensiones? de exclusión escolar en
América Latina y Caribe. La primera es la de los menores en edad de
recibir educación inicial y que no están en la escuela
inicial o en la primaria, los cuales suman 1.7 millones, lo que
significa el 15.7% del total. En Brasil son 832 mil (23.8%), en Bolivia
83 mil (34.2%) y en Colombia 206 mil (23.2%).
La segunda ?dimensión? la componen 2.9 millones de niños que no están ni
en primaria ni en secundaria básica, y que representan un 5% del total.
En la tercera dimensión hay 1.9 millones de niños, niñas y adolescentes
que no están en la escuela primaria ni en la secundaria, pese a estar en
edad de recibir educación secundaria básica, y que representan el 5.3%
del total. La cuarta y quinta dimensiones incluye a todos los alumnos en
riesgo de abandonar la escuela primaria y secundaria básica. Son 9.2
millones de niños en el primer caso y 6.4 millones en el segundo.
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