Perú.- El temido líder histórico del grupo rebelde Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, que a finales del siglo pasado encabezó una sangrienta guerra contra el Estado peruano, ha muerto este sábado en prisión a sus 86 años.
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“Ha fallecido el doctor Abimael Guzmán, la Marina le ha comunicado a su esposa Elena Yparragurre el fallecimiento”, dijo el abogado Alfredo Crespo por teléfono a AFP.
El líder fue capturado por un comando de inteligencia policial en una vivienda de Lima en 1992 y desde entonces purgaba prisión perpetua.
Susana Silva, quien dirige el sistema penitenciario de Perú, dijo a la radio RPP el sábado que Guzmán había estado enfermo en los últimos meses y había salido del hospital a principios de agosto.
Añadió que la condición del exprofesor de filosofía, empeoró en los últimos dos días, sin dar mas detalles. Agregó que Guzmán iba a recibir más atención médica el sábado, pero murió en su celda cerca de las 6:40 hora local.
Abimael Guzmán pasó sus últimos 29 años preso cargando sobre su espalda haber sido el responsable intelectual de uno de los más cruentos conflictos en América Latina, con 70 mil muertos y desaparecidos en dos décadas (1980-2000), según cifras de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003).
Con información de El Universal, en Ayacucho, Guzmán creó e impulsó a su partido, cuya tarea era “construir el comunismo por el sendero luminoso de José Carlos Mariátegui” (pensador peruano, creador del Partido Socialista de Perú). De ahí el origen de su nombre.
Guzmán cultivó el culto a la personalidad y quienes lo conocían debían tratarlo como el “Presidente Gonzalo”.
El arma de Guzmán fue su propia interpretación del marxismo, que convirtió a sus seguidores en fanáticos de sus ideas a las que calificaron de “pensamiento guía” y “cuarta espada” del marxismo, detrás de Marx, Lenin y Mao.
El “gran salto adelante” empezó en 1979, cuando pasó a la clandestinidad y anunció que estaban dadas las condiciones para llevar a cabo una revolución del campo a la ciudad.
El 17 de mayo de 1980 cambió los libros por la dinamita. Ese día marcó a fuego a Perú. Sendero inició la lucha con un simbólico acto: quemó urnas en un poblado andino en vísperas de la elección que acabó con 12 años de dictadura militar.
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