Sinaloa.- Mazatlán es una ciudad turística de sol y playa, con 492 años de historia. Es un destino cultural que además cuenta con muchos sitios atractivos y un sinfín de leyendas dignas de conocer. La Cueva del Diablo es una de ellas. Está ubicada al pie del cerro de la Nevería, sobre el paseo Olas Altas.
A decir del cronista de la ciudad, Enrique Vega Ayala, la cueva del Diablo no fue una creación de los antiguos mazatlecos, extranjeros o piratas que llegaron a la ciudad, sino que era parte del cerro de la Nevería.
El alemán Johann Georg Claussen, alrededor de 1910 diseñó el paseo costero y para ello fue recortado el cerro, que dejó al descubierto esa enigmática cavidad.
“Es una formación natural. Todo parece indicar que incluso era un poco más extensa pero esa parte se dinamitó para hacer el paseo y tuviera la forma que conocemos, probablemente se acortó”.
De acuerdos a archivos que datan del siglo 19, la cueva tuvo varios usos antes de ser un atractivo turístico como hoy lo conocemos, incluso sirvió de mingitorio para los asistentes a los carnavales de antaño, lo que motivó que hoy se coloquen baños en esa zona pero que también fuera cerrada al público con una reja que cuenta con la imagen del diablo.
“Hay un pasaje de las memorias de un alemán, de mediados del siglo 19 que cuenta que en su tiempo utilizaron esa cueva para habilitar una especie de salón de boliche. Fue usado para guardar pólvora y herramientas, mientras se remodeló el paseo”.
Luego de que se diera a conocer que la Cueva del Diablo tiene un propietario, y que debido a ello el municipio no puede intervenir para mejorar el lugar, Vega Ayala dijo que no era extraño ello, debido a que en la década de los 70 el gobierno federal liberó el cerro; nació el fraccionamiento en la parte superior, y todo lo que no estaba ocupado se fraccionó y se vendió, lo que pudo pasar con el sitio del famoso atractivo de la ciudad, sobre el que algunos empresarios han estado interesados en realizar algún proyecto turístico, pero que no pudieron concretar, lo que insistió, sería muy favorable para la ciudad.
La entrada a la Cueva del Diablo tiene una caractesitica reja roja con la cara popular de un diablo. Foto: Jennifer Flores
Incluso consideró una opción que el Estado lo expropie para garantizar su uso turístico y sobre todo como protección para mejorar el lugar y que con eso se eviten riesgos para quienes llegan a esa zona de la ciudad, atraídos quizá por la leyenda que el otro extremo está por atrás del cerro del faro.
“Hay muchos mitos que si era para el otro lado; que si da a la iglesia de San José; que si fue para que las niñas bien y las gentes que pudieran meter a sus hijas las sacaran por ahí hasta las lanchas, que se la llevaran cuando llevaban los revolucionarios, y cosas por el estilo”.
Y ya que conoces todo sobre la Cueva del Diablo, en tu próxima visita a Mazatlán, no pierdas la oportunidad de conocer este enigmático lugar.
