México.- Alfredo Adame no solo vive en constante conflicto con sus colegas en el mundo del entretenimiento, sino también con sus familiares más cercanos, ya que durante los últimos años el actor se ha distanciado más y más de sus hijos, hasta el punto de borrarlos definitivamente de su testamento.
Recientemente, durante una entrevista publicada por TVyNovelas, Adame compartió cuál ha sido la conducta que tomaron sus hijos con él, asegurando que no busca reconciliación con Diego, Sebastián y Alejandro, quienes fueron fruto de su relación con Mary Paz Banquells y que ahora mismo han sido desheredados. El actor de 64 años expresó:
Lo que hicieron Sebastián y los dos hermanos es imperdonable. Aliados con su madre, hicieron porquerías hasta que me harté y los corrí de mi casa (…) Yo no he hecho las paces con (ellos), ¿por qué?, porque no quiero. No lo voy a hacer, ‘cría cuervos y te sacarán los ojos.
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Teniendo en cuenta esta situación, Alfredo Adame argumenta que prefirió “distribuir sus bienes” en vida, esto con el objetivo de que llegaran a la persona indicada, pues decidió no heredar nada a sus tres hijos varones y, por el contrario, sucederle todo a Vanessa Adame, su hija mayor y a quien tuvo en su primer matrimonio. El también conductor de televisión agregó:
Yo ya no soy dueño de nada. La propietaria del yate, de los condominios, de la casa grande, que es la cara, se llama Vanessa Adame, la que nombré ante un notario. La heredé en vida de todo.
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Adame comentó que todo lo que tiene que ver con sus gastos y manutención es manejado por su hija, quien simplemente le libra dinero cada vez que él lo requiere. Además, también desmintió su presunta deuda millonaria con la Secretaría de Hacienda, pues comentó:
Nada más me da ‘para mis chicles’ (…) Yo únicamente le digo a mi hija: ‘Voy a tal lado’, me hace mi cheque y adiós. Ya no manejo tarjetas de crédito, débito
(…) Ni me estoy muriendo de hambre ni nada, ahorita no tengo trabajo aquí en México, pero tengo el suficiente dinero para tres generaciones. No tengo ningún problema. No me hace falta nada