Madrid.- ?No existe una cultura latina, ha afirmado hoy en una entrevista el autor de Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas, Frédéric Martel, quien considera “un problema” y un motivo de “preocupación” que “lo latino” que se exporta al mundo lleve el sello estadounidense de Miami.
“Los grandes ejes de la cultura latina en el mundo” hoy por hoy, según el sociólogo y periodista francés, son fundamentalmente musicales, y sus máximos representantes – “Shakira, Juanes, Ricky Martin, Gloria Estefan o Jennifer Lopez” – son cantantes latinos “americanizados” o de otras nacionalidades, pero que “han tenido que pasar por Miami para triunfar en América Latina” .
El “problema” de América Latina, que Martel traslada también a Europa, es que la “cultura común” de los países que componen sendas zonas geopolíticas es, subraya, “la cultura estadounidense” .
Tanto le ha “marcado” a Martel las “sutilezas” , “gran diversidad” y la “potencia” de la cultura de cada uno de los países latinoamericanos que ha visitado para escribir Cultura Mainstream que les dedicará su próximo libro, en el que ahora trabaja.
Para elaborar Cultura Mainstream, editado por Taurus, dedicó cinco años de su vida, el tiempo necesario para rastrear archivos y viajar a treinta países para entrevistar a más de 1.250 personas, en su mayoría directivos de las industrias “creativas” .
Con todo ese material, que se puede consultar en la página web www.fredericmartel.com, el autor compone un relato documentado , variado y ameno, que se sustenta en un monumental trabajo de campo y que supone para el lector una especie de viaje alrededor del mundo del entretenimiento, ya sea cine, música, literatura o videojuegos.
En ese viaje hay dos partes claramente diferenciadas: en la primera, examina el sector del entretenimiento estadounidense, ya que su poderío es incontestable y su maquina cultural en el flujo de los contenidos mundiales, y por tanto de valores, es invencible, al menos, por ahora, puntualiza Martel.
La segunda parte aborda la globalización de la cultura y la nueva “guerra” o “batalla” de contenidos abierta en los cinco continentes.
Se trata, dice, de “una batalla que se libra a través de los medios por controlar la información; en las televisiones, por dominar los formatos audiovisuales de las series y los ‘talk shows’; en la cultura, por conquistar nuevos mercados a través del cine, la música y el libro; y finalmente, es una batalla internacional por los intercambios de contenidos en internet” .
Tras Estados Unidos, la vuelta al mundo de la cultura de masas que propone Martel, quien presenta actualmente el programa Masse Critique en la radio France Culture, continúa por China, un país, señala, que “ejemplifica a la perfección” que el proteccionismo cultural “no funciona” en la era de la globalización e internet.
Sigue por India, un país con dinero y dominio en la tecnología, pero que se encuentra en la disyuntiva, asegura, de hacer un cine más anglosajón si quiere exportar sus filmes Bollywood al mundo.
Con una cultura sumamente identitaria, Japón, que exporta con dificultad, salvo el manga y sus películas de animación, se enfrenta, mantiene Martel, a una problemática similar.
Luego están los países árabes y su compleja diversidad, los cuales tienen el punto común con China y Venezuela de ser, según el autor de Cultura Mainstream, “un discurso cultural que se enfrenta directamente al de Occidente” .
Como ejemplo, Martel analiza el formato televisivo de las series, culebrones o telenovelas, con el que diversos modelos nacionales intentan imponer sus fórmulas en los mercados regionales.
“Es una verdadera guerra cultural la que se está librando ante nuestros ojos y en nuestras pantallas” , dice, y en el caso latino cita el “combate” del gigante brasileño TV Globo con el mexicano Televisa, con Telemundo y Venevisión como telón de fondo.
Las “dos ideas” clave de Cultura Mainstream, un libro de más de 450 páginas, son, resume Martel, que “la globalización de la cultura y la revolución digital no son fenómenos malos ni buenos en si mismos, sino que depende de lo que cada uno de nosotros hagamos” .
Considera que “no hay razones para tener miedo” a los cambios que se están produciendo ni tampoco de los que se avecinan, lo fundamental es encontrar, dice, un “nuevo modelo económico” .
Y va más lejos: “Estamos ante un cambio de civilización” , concluye.