MÉXICO.- Nadie vio venir esta tragedia hace seis años, una situación que no tenía que pasar, pero evidentemente pasó. Fue un 27 de septiembre de 2017, después de cinco paradas cardiorrespiratorias, Marla Hiromi Hayakawa Salas se despedía de este mundo para siempre. Murió postrada en la cama de un hospital de la Ciudad de México al que llegó pensando que iba a dar a luz a su pequeña, adolorida pero ilusionada porque, por fin, iba a cumplir uno de los sueños de su vida: ser mamá. Su esposo, Fernando Santana ya tenían todo en mente y sobre todo con la emoción a flor de piel.
La niña se iba a llamar Julieta y, con un poco de suerte, vendría al mundo el 19 de octubre. Ese día Hiromi habría cumplido la edad de 35 años. La cantante nunca llegó a sostener a su bebé en brazos. La pequeña falleció horas antes que su madre cuando los médicos trataban de impedir que la artista perdiera sangre.
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La trágica historia de la muerte de Hiromi causó mucho impacto al medio del espectáculo. Tras su paso por el reality show “La Academia”, ella se había hecho un hueco profesional en el teatro, y su voz era parte de la vida de millones de mexicanos. Participó en el doblaje de más de 40 películas y series de animación, desde “Los Simpson” hasta “Brave” de Disney, donde fue la princesa Mérida. Incluso, antes de trascender se encontraba participando en la obra musical “Mentiras”.
Todo parecía irle bien a Hiromi, la misma que en enero se había casado y soñaba con un formar una familia, la misma que “congeló” el corazón del cantante Carlos Rivera por su “belleza única” cuando él la vio en el estudio de “La Academia” (2004), antes de que se convirtiera en su “primer gran amor”. Todo parecía irle bien, hasta el punto de que 24 horas antes de su muerte su ginecólogo le había dado noticias positivas.
Su embarazo iba bien, pero la pequeña Julieta iba a nacer un poco antes de lo previsto. Hiromi salía de cuentas el 21 de octubre.
“Vimos a Julieta bien y moverse”
El martes 26 de septiembre, Hiromi visitó a su ginecólogo por la tarde. Eran alrededor de las 4 cuando en el grupo de Whatsapp de la familia los futuros padres de “Julietita” publicaron un video de una ecografía de la niña y compartieron la noticia de que ya la menor ya tenía un peso de 2.9 kilos.
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“Todo estaba bien… Me mandó fotografías en las que le estaban haciendo la ecografía y vimos a Julieta bien y moverse”, dijo la madre de Hiromi, aún en shock, el miércoles 27 de septiembre horas después de perder a su hija.
Nada hacía presagiar que al caer la noche todo se torcería de una forma muy desagradable. Hiromi sintió que regresaban unos dolores de vientre que había padecido días atrás por lo que ella se los atribuyó a su embarazo. El ginecólogo no les dio mayor importancia; los resultados de los test confirmaron que todo estaba en orden.
A las 10 de la noche, las molestias eran tan fuertes que Fernando y Hiromi se subieron al carro y viajaron hasta el hospital San Ángel Inn donde la evaluaron de urgencia, por lo que ahí le detectaron una hemorragia interna.
Hiromi tenía que ser intervenida quirúrgicamente de inmediato. Las horas que siguieron hasta las 11:40 de la mañana del miércoles 27 de septiembre fueron de una desesperada y agónica lucha por sobrevivir.
Fernando “alcanzó a darle un beso” antes de que la metieran en quirófano, según lo relatado por la madre de la exparticipante de “La Academia”.
Ya había pasado la medianoche cuando el médico informó a la familia de que Julieta había fallecido en el vientre de su madre, que sufría una hemorragia en el hígado. Su hija había dejado de recibir suficiente oxígeno.
Durante esa madrugada y las primeras horas de la mañana del miércoles, los doctores trataron de estabilizar a la cantante, pero su cuerpo no resistía. Su corazón se detenía, una y otra vez.
A las 10 de la mañana, un equipo de especialistas volvió a operarla, pero la quinta parada cardiorrespiratoria fue definitiva. En las redes sociales Fernando clamaba por donantes de plaquetas: “Necesito de ustedes para salvarle la vida”. Los médicos decretaron la muerte de Hiromi a las 11:40.
Hiromi nunca supo que su hija había fallecido. La madre y su bebé fueron cremadas al día siguiente. A pesar que hubo conversaciones entre la familia y amigos sobre una posible negligencia médica, nunca se presentaron cargos. Los Hayakawa no querían escándalos.
El padre de Hiromi, Alfonso Hayakawa, aseguró la noche de 28 de septiembre, tras la ceremonia funeraria que no tenía “explicación” para lo que ocurrió, pero que su hija fue atendida por “profesionales” y evitó buscar culpables.