Estados Unidos.- El actor mexicano Pablo Lyle, quien meses atrás fue sentenciado a prisión en una corte de Florida por cargos de homicidio involuntario, podría ser deportado a su país de origen en los próximos meses, o al menos así lo expuso su abogada, Sandra Hoyos, en una entrevista con los medios de comunicación.
Al parecer el polémico caso daría un nuevo y sustancial giro, pues no contento con la sentencia que lo condiciona a cinco años de prisión y ocho de libertad condicional, la defensa del actor buscaría una nueva audiencia para que este sea deportado a México proveniente de los Estados Unidos. Además, señalan que este proceso podría ocurrir en un tiempo estimado de entre ocho semanas y seis meses.
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En conversación con el programa “Ventaneando”, la abogada Sandra Hoyos explicó que Pablo Lyle será transferido a la Corte de Inmigración para decidir si es deportado a México para ser ingresado a una cárcel en este país o bien, para recibir la libertad absoluta. La legalista explicó:
La corte estatal emitió una orden pidiendo la cooperación completa con los federales, que en el caso de Estados Unidos sería el departamento de inmigración y sabemos que eso ya está en pie, lo cual quiere decir que es muy probable que él será deportado a México.
Hoyos agregó que, al no tener estatus migratorio legal, Lyle sería deportado puesto que, al permanecer en una prisión de EU, su estancia representaría un costo económico al erario de aquel país.
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Hasta el momento la familia del fallecido Juan Ricardo Hernández, víctima de agresión por parte de Pablo Lyle, no se ha pronunciado sobre el tema. Sin embargo, es claro que podrían inconformarse con la eventual decisión de su deportación a México y una nueva sentencia en este país.
Es importante recordar que Pablo Lyle fue sentenciado a prisión por los hechos ocurridos el 31 de marzo de 2019, cuando el actor golpeó a un hombre identificado como Jesús Ricardo Hernández después de un altercado de tránsito en las cercanías del aeropuerto de Miami. Después de esto, el cubano de 63 años fue trasladado al Hospital Jackson Memorial, donde murió cinco días más tarde debido a una lesión cerebral.
