Guadalajara, Jal.-
¿Qué sería de los actores sin un público que los hiciera posibles?
Genios de la mentira, elaborados artífices de un mundo en el que hay que
creer. ¿Puede un actor
ser verdad? Vittorio Gassman decía que no, Charlton Heston señalaba que
no tenía la menor importancia, que la actuación es una cosa efímera. Y
entre la gloria y la puerilidad, la traducción o el espejo o el
acercamiento a las entrañas del ser humano y su vida para ser
intérprete; el Taller de Actores Profesionales (TAP) cumple una cuarta
temporada en Once TV, las noches de los sábados. El programa
conducido por Oscar Uriel toca lo que nadie toca: el camino, las
anécdotas, las derrotas de los grandes héroes de la televisión, el
teatro y el cine. Una emisión que parece inspirada en las entrevistas
del Actor?s Studio de Nueva York o partner de los Martes de Casa Azul,
pero con un toque particular en las manos del crítico, periodista y
productor.Uriel es colaborador de las revistas Rolling Stone y Cinemanía, fue productor y conductor
durante 12 años de 24 por Segundo. Un conductor, cocreador en el que
las disciplinas de la observación analítica y la propuesta creativa no
están divorciadas. Es el coproductor del filme Quemar las naves, de
Francisco Franco (aquel que honró el trabajo de la actriz Irene Azuela),
también del corto Mientras me muero del director Mario Muñoz (Bala
Mordida). Y además, coquetea con el teatro de manera atinada para
preparar como productor Tio Vania de Chéjov para el mes de noviembre, la
obra será dirigida por el talentoso y joven Diego Del Río para el Foro
Shakespeare, mismo foro donde dicen se fraguó el proyecto de TAP en el
imaginario de varios actores.La formación misma de
Uriel ha contribuido para que a través de la emisión, el público conozca
las historias -siempre escondidas de íconos de la pantalla como Jesús
Ochoa, Gonzalo Vega, Angélica Aragón, Adriana Barraza, Rafael Sánchez
Navarro, Demián Bichir, Angélica Aragón, Juan Manuel Bernal, Irene
Azuela, Chema Yazpik y un largo etcétera.?¿Cuál es el sentido hoy de ?TAP???No
hay actor sin público. El intérprete intenta afectar al espectador,
este debería ser su objetivo. En lo personal, creo que el ejercer la
actuación como actividad íntima de desahogo de carácter personal no
tiene sentido. El objetivo del actor debería ser el trastocar a la
audiencia, provocarlo, cualquiera que fuese la intención, desde hacerlo
reír hasta conmoverlo.?Tienes una labor personal como
crítico y al mismo tiempo como productor, las miradas son muy
disímbolas. ¿Cómo las unes? ¿O tal vez la mirada del crítico alimenta a
la del productor? ¿O viceversa??Exactamente. Creo que
las dos actividades se complementan. Como crítico, me gusta el ejercer
también la actividad de creador de acontecimientos artísticos,
experimentar del otro lado. Creo que cuando tienes esto como bagaje
resulta mucho más fácil apreciar cualquier expresión artística. Y como
productor es innegable, es tener un sentido crítico y analista de los
proyectos en los que estás involucrado. Creo que estas actividades no
son tan contradictorias como nos lo han hecho creer.?El cine ha tenido un auge importante en los últimos años ¿la crítica de cine también??No
sé si se trate de un auge pero creo que el ámbito de la crítica actual
corresponde a nuestros tiempos. Las redes sociales han provocado una
proliferación de ?especialistas? lo cual me parece muy interesante sin
embargo esto no equivale a que haya un incremento en la buena crítica.
En una entrevista que me concedió José Saramago, me dijo que el internet
iba a abrir el espectro de oportunidades pero que no iba a convertir a
un mal escritor en uno bueno. Estoy totalmente de acuerdo con esa
aseveración.?¿Para qué sirven los festivales en México?, ¿y la crítica??Los
festivales de cine son una plataforma fundamental para el cine que no
tiene cabida en los ?multiplexes? comerciales. Lo que ha sucedido con la
proliferación de festivales en México es que mayor cantidad de público
ha tenido la oportunidad de ver películas especiales, de carácter
independiente. Por otro lado la crítica, desde mi punto de vista, debe
ejercer una especie de agregado a la experiencia cinematográfica. Creo
que el crítico no está para señalar con autoridad que está bueno o no,
simplemente es un apéndice que te permite tener otro punto de vista como
referencia. A mí me gustan los críticos de cine por su manera de
escribir y su sentido del humor.?¿Cómo caes en el mundo de la producción teatral??Caigo
porque tenía el deseo de ver el montaje de dos textos teatrales que me
gustaban mucho. Alerta en misa de Bill C. Davis y Por amor al arte de
Neil Labute. No me dedico a la producción de teatro de manera
profesional porque lo hago de vez en cuando, pero lo que me sugiere a
hacerlo es toparme con un texto que me conmueve. Después produje dos
obras más, No sé si cortarme las venas o dejármelas largas (que ahora se
convierte en una película) y Sin cura ambas escritas y dirigidas por
Manolo Caro, quien es mi hermano consanguíneo. Realicé estas dos
producciones más como un ejercicio de intimidad con mi familia, que por
la experiencia laboral que representaban.?¿Cuáles consideras tú que son los actores a los que no hay que perderles la pista??Sería
injusto mencionar nombres pues todo es tan impredecible y peculiar pero
advierto una nueva generación de actores que vienen con todo. Son
jóvenes e inteligentes y creo que darán mucho de que hablar. Me encanta
Tessa Issa por ejemplo o el mismo Alfonso Dosal. Es inspirador el
panorama.LM
Óscar Uriel, la creación a partir de la crítica
Se mantiene vigente como conductor del programa Taller de Actores Profesionales, que está en su cuarta temporada
Fuente: Internet