Ciudad de México.- El músico jamaiquino Michael Rose prendió al más incrédulo en el Salón
Vive Cuervo de la ciudad de México. Simplemente llegó al escenario con
un gran sombrero de charro y enfundado en una oscura vestimenta, donde
sólo resaltaban sus blancos tenis y un paliacate rojo que juntaba su
gran cabellera a rastas, misma que simulaban un enorme mazo de
serpientes o en su defecto, un turbante de un rey egipcio.
“Gracias México”, fue una de las pocas frases que se aprendió el
cantante, y una que dijo cuando alguien le gritara algo agradable como:
“Eres lo máximo”. Rose sólo le dijo: “No, tú (lo) eres, así que tú
cállate”, señaló humildemente en su poco español.
Las letras de Rose, en ese cadencioso ritmo que es el reggae se
encuentran plenas de mensajes comunitarios en el ámbito rastafari. Los
consejos son en favor de la vida, y promueven el respeto entre
semejantes. La tierra y el amor entre los seres humanos son los ejes
constantes de estas letras con pegajosa música.
Es inevitable bailar cuando escuchamos el latido repetitivo de las
percusiones, combinado con un rasgado a destiempo en las guitarras, que
para muchos sonará casi igual, pero tiene su peculiar técnica difícil de
igualar.
Tan solo para que toque Michael Rose se hace un chequeo de audio de dos
horas, mismo que se hizo 12 horas antes, después su show superó esa
marca, ya que la gente no pensaba en dejarlo ir, para oírlo cantar y
verlo bailar sincopadamente.
En el evento que comenzó puntualmente a las 14:00 horas, estuvieron el
DJ Josua en diferentes horarios colocados entre cada una de las bandas,
Tratado Lírico, Cinemadub, Artimaña, Operación Cangrejo, Natty Congo y
Antidoping, en ese orden.