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México, la tierra prometida de Arcade Fire

Más de 13 mil personas asistieron Palacio de los Deportes para vibrar con el talento de la banda originaria de Montreal

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?México, DF.- Cuenta el multiinstrumentista William Butler que el hecho de que su
hermano Win Butler (líder del grupo musical Arcade Fire) y él hayan
crecido en Houston les hizo ver a México como una especie de “tierra
prometida”.

Lo anterior, narrado en una entrevista con la revista Marvin, cobró
sentido anoche cuando los hermanos Butler, Régine Chassagne (esposa de
Win), Richard Reed Parry, Tim Kingsbury, Sarah Neufeld y Jeremy Gara,
convertidos en Arcade Fire, subieron al escenario del Palacio de los
Deportes.

Porque si los Butler encontraron en la ciudad de México la “tierra
prometida”, entonces las poco más de 13 mil personas que asistieron
anoche al Domo de Cobre compartieron ese sentimiento con la banda
originaria de Montreal, a quien tanto ansiaron ver en vivo y que ayer,
después de tantas “falsas alarmas” que envolvieron sus posibles visitas
en el pasado, por fin hicieron realidad.

“Muchas gracias, gracias por la espera”, expresó Win Butler a modo de saludo, después de la interpretación de Ready to start,
pieza que se desprende del tercer y más reciente álbum de Arcade Fire
(The suburbs), y con el que la banda inició su presentación.

Los integrantes de Arcade Fire sabían bien que la espera de sus fans
mexicanos había sido larga, motivo por el que ofrecieron una velada
llena de éxitos y baile.

En vivo, la banda es una especie de “llamarada”: Siete
multiinstrumentistas dotados (ocho realmente, con el refuerzo de la
violinista Marika Anthony Shaw) en acción creando ritmos casi tribales
con dos baterías, percusiones y tambores sobre las que intercalan
guitarras, violines y teclados.

Parte de esos atributos que tan atractiva han hecho la propuesta de los
Arcade es precisamente la mezcla de sonidos y la interacción de sus
músicos sobre el escenario, mismos que marcan la diferencia con una
banda de rock convencional.

Las canciones crecen durante el concierto, subidas por coros casi góspel
y arreglos mágicos ante un público que se muestra total conocedor del
repertorio, casi tan bien como el de sus creadores.

Por la lista de éxitos pasaron: Keep the car, No cars go y Haiti.
En esta última, Win anunció que parte de lo recaudado en la taquilla
del concierto sería donado a la organización KANPE, de la que Régine
Chassagne es fundadora, para reconstruir Haiti, país del que es
originaria la artista.

A los temas anteriores se sumaron Sprawl II, Modern man, Rococo, The suburbs, In the backseat, Intervention y Crowl of love.

Con mínimos elementos sobre el escenario – tan sólo una pantalla gigante
en la que se combina lo que pasa en el stage con imágenes grabadas-
Arcade Fire (la banda que hechizó al “Camaléon del rock”, David Bowie)
hace elegantemente lo que se le pide: interpretar sus temas más
conocidos. Más de la mitad son de sus dos primeros álbumes (Funeral y
Neon Bible).

El recital terminó con Wake up, su gran himno ante la euforia
del público, con lo que quedó demostrado que Arcade Fire es una gran
banda en vivo, a pesar de tener encima la parte negativa que la crítica
ha hecho de ella al excederse en halagos: la sobrevaloración.

Arcade Fire llegará esta noche a Guanajuato, al Parque de Beisbol
Aguilar y Maya, para luego hacer lo propio el próximo sábado en
Guadalajara.

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

Liz Douret

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