México.- El actor Andrés García ha causado gran preocupación en los últimos meses debido a su delicado estado de salud, pues la cirrosis que padece y a las adicciones a sustancias ilícitas han llevado a un deterioro acelerado de su condición, tanto así que su esposa, Margarita Portillo, no pudo evitar romper en llanto al hablar de la evolución del histrión.
Durante una entrevista reciente para el programa de Gustavo Adolfo Infante, Margarita Portillo ofreció algunos detalles sobre la vida cotidiana de Andrés García y la manera en que lucha a cada momento con sus padecimientos. La novelista, quien dejó derramar algunas lágrimas, explicó que el ex galán de televisión se encuentra estable, aunque delicado, ya que su enfermedad no se va a curar, señaló:
Está delicado porque es algo de lo que no se va a curar. Está estable en cuanto a mas controlada la cirrosis, va perdiendo peso poco a poco. No pierde el apetito, pide todo lo que se le antoja.
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Portillo mencionó que el actor se mantiene estando un rato en la cama y un rato en la silla de ruedas para tomar el sol, pues no puede hacer mayores esfuerzos y las recomendaciones médicas también le sugieren poco movimiento. Agregó:
Pasa el tiempo en camita y con la silla de ruedas sale a tomar el sol. No puede moverse por instrucciones médicas, no puede salir. Ahorita está más consciente de su situación, esta desintoxicado y eso lo hace estar consciente de su situación.
Margarita Portillo, quien se nota absolutamente devastada por las complicaciones de salud en enfrenta Andrés García, señaló que el actor le ha confesado estar viviendo el momento más difícil de su vida desde noviembre pasado, cuando su situación empeoró. Sin embargo, ella hace todo lo posible por mostrarse fuerte y estar ahí para todo lo que él requiera.
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La esposa del actor finalizó diciendo:
A veces me dice que es el tiempo más difícil de su vida, lo cual me parte el corazón. Yo trato de animarlo y anclarlo aquí. El hace planes de vida. A veces me dice que soy su ángel, si está enojado me dice otras cosas
(…) Para mí es muy doloroso, muy difícil. A mí siempre me decía ‘aquí vamos nena, hombro, con hombro’ y entonces ahora me dice lo mismo, porque me la paso acostada con él