Ciudad de México.- Dentro de la programación de la Temporada de Conciertos 2013, la
Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) brindó —Sala
Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY)–, el fin
de semana pasado, una recepción musical con trabajos del italiano
Luciano Berio (1925-2003) –según el programa de mano, nacido en 1928 y
aún vivo– y del austriaco Franz Schubert (1797-1828). José Areán, director asociado de la Orquesta Sinfónica de Minería y director artístico de la OFCM, fungió como conductor.Obras:
“Rendering” (Alegro, Andante, Scherzo), de Berio, y “Sinfonía No. 9. La
Grande” (Andante-Allegro non troppo, Andante con motto, Scherzo:
Allegro vivace, Finale: Allegro vivace), de Schubert.Dos
composiciones empalmadas: la pieza del músico italiano se imbuye en
apuntes de la “Sinfonía No. 10”, que el pionero del romanticismo dejó
inconclusa. Función que rindió tributo premeditado a Franz Schubert.Berio
fue uno de los principales representantes de la vanguardia musical
europea con incursiones destacadas en lo experimental y electrónico. Su
obra más conocida, “Sequenzas”– varias piezas para instrumentos
solistas, escritas entre 1958 y 2002–, es considerada como “propuesta
inteligente y sensible de exploración de todas las posibilidades del
instrumento”.”Rendering” fue concebida entre 1989 y 1990. Collage que hace una exégesis muy personal del cosmos Schubert.La
OFCM glosó el Alegro en ritmo de acordes integrados en un solo plano,
notas reiteradas, celesta en articulación elíptica, dibujos descendentes
en una suerte de lienzo hilvanado desde transformaciones armónicas de
sugerente colorido.En el Andante abrió la celesta
escoltada por el oboe con silbos en modulaciones menores para dar
acogida al Scherzo protagonizado por contrastes: rondó sonata y coda en
fughetta (añadidos, reiteraciones, citas…). Schubert en “estampa
restaurada”.”Arreglo presumible” de la Décima de
Schubert, pero más que todo, obra que rebasa los esquemas de una simple
versión: Berio inunda los vacíos dejados por el compositor austríaco:
usos de motivos y transcripciones para lograr una prosodia
contemporánea.”Conjeturas” que se circunscriben en el
universo schubertiano desde “habla berioiana” en belleza vertiginosa y
fascinante. La lectura de Areán, rica en matices, hizo posible la
venturosa paráfrasis de la OFCM. Ovación total de una sala a la mitad de
su cupo. Tres salidas del director.Intermedio. Notimex
abordó a la estudiante de guitarra Gretel Hernández, quien emocionada
comentó: “Estoy muy conmovida por esta interpretación de la OFCM. Soy
amante de Schubert, me parecieron muy interesantes las variaciones que
escuché. Me enriqueció a Schubert: me exigió otra lectura”.Tercera
llamada. Continuó la recepción con la “Grande”, la Novena de Schubert,
compuesta entre 1825/1826 y estrenada en 1839 –once años después de su
muerte–, bajo la batuta de Félix Mendelssohn (algunos plantean que el
estreno se realizó en 1931, gracias al empeño de Schumann, quien la
consideraba como “el mejor trabajo instrumental desde la muerte de
Beethoven”).Fuimos testigo de un conductor conocedor absoluto de la partitura: la OFCM dio muestra cabal de oficio concertino.1.
Andante-Allegro non troppo: trompas en conjunto que esbozan el primer
tema que será recurrente en toda la obra. Cuerdas en suave melodía hasta
el fortísimo contraste del Allegro: cuerdas procelosas y glissandos de
los trombones de apacible confluencia.2. Andante con
motivo: Contrastes y energía desbordada. Asomos de lirismo. El oboe
suscribe una dulce melodía sobre la cadenciosa marcha que preside este
movimiento. Contrapunteo entre vientos y cuerdas. Conjetura melancólica.
Cellos y oboes hasta acelerado clímax que cierra. La belleza es también
un delirio que pude dibujar un clarinete.3. Scherzo:
allegro vivace: Decorado dancístico. Brisa de vals. Sonidos
contrapuestos. Duros acordes de trompas y cuerdas. Mudanzas tonales de
gran belleza. Orfeón de los instrumentos de viento que edifican una
espesa ritmática. Uno de los grandes momentos de Schubert.4.
Finale: Allegro vivace: Tutti orquestal que inicia enardecido y
agitado. Movimiento de evidente construcción beethoveniana: evocaciones
al “Himno de la alegría”. Transparente motivo melódico de los
clarinetes. Apuntes armónicos complejos. Coda jubilosa. Recepción que se
suscribe como una de las mejores de esta Temporada 2013 de la OFCM,
bajo la dirección artística de José Areán.Se anunció para
el próximo fin de semana (29/30 de junio) nada y nada menos que la
“Sinfonía No. 9”, de Beethoven. Presentación del Coro Filarmónico
Universitario, Verónica Murúa (soprano), Lydia Rendón (mezzosoprano),
Dante Alcalá (tenor) y Enrique Ángeles (barítono). Conductor, José
Areán. Vaya insoslayable banquete concertino. Por allá nos veremos.TJ
Interpreta la OFCM obras de Berio y Schubert
La OFCM glosó el Alegro en ritmo de acordes integrados en un solo plano, notas reiteradas, celesta en articulación elíptica, dibujos descendentes en una suerte de lienzo hilvanado desde transformaciones armónicas de sugerente colorido
Fuente: Internet