Ciudad de México.- La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) -Sala Silvestre
Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY)- desplegó, en su
concierto del fin de semana pasado, un programa con obras de tres
músicos rusos: Piotr Ilyich Chaikovski (1840-1893), Alexander Borodin
(1833-1887) y Sergei Prokofiev (1891-1953).Gala concertina
que contó con la presencia, como director huésped, de Avi Ostrowsky:
fundador en 1973 de la Sinfonietta de Beer Sheva y ex director de la
Orquesta Kibbutz de Israel.”Obertura-Fantasía Romeo y
Julieta”, de Chaikovski, “Danzas polovetsianas” de la ópera “El príncipe
Igor”, de Borodin, y “Sinfonía No. 5” (Andante, Allegro marcato,
Adagio, Allegro giocoso), de Prokofiev, fueron las piezas mostradas.El
público asistente tuvo oportunidad de escuchar, respectivamente,
sonoridades de música programática, proporciones métricas de fervores
dancísticos y exuberantes compases de una de las grandes sinfonías del
posromanticismo (no nacionalista) ruso: agasajo de emociones múltiples
que la OFCM y Ostrowsky supieron trasmitir desde convincente glosario
interpretativo.Tiempo 1: “Obertura-Fantasía Romeo y
Julieta”. Preludio de ceremonial distribución a cargo de cuerdas y
sección de aliento, seguido por centro temático de borrascoso dibujo
armónico con papel protagónico de las percusiones y cuerdas (conflicto
de los Montesco y los Capuleto), hasta el sublime acto que describe la
pasión de los amantes con intersecciones acuosas del arpa y cuerdas en
contigua proporción sentimental.La OFCM abordó el
contraste de “acordes inarmónicos”, suscrito por Chaikovski para
ilustrar el odio de las dos familias y el amor imposible de los jóvenes,
con tino en el logro de un timbre tempestuoso y seductor. Excitante
inicio. Ovación cerrada que obliga al director a dos salidas.Tiempo
2: “Danzas polovetsianas de la opera El príncipe Igor”. Borodin,
destacado integrante de “El gran puñado” -Los Cinco- (Balákirev,
Músorgski, Cuí, Rimski-Korsakov): movimiento nacionalista romántico de
Rusia (1856-1870), en una composición de variabilidad tonal
característica básica de su estética musical.La OFCM
elucidó el cosmos borodiniano con absoluta concepción heterofónica en
una ejecución precisa de las conmutaciones simultáneas de la línea
melódica de la partitura del músico ruso. Facsímil sonoro de los
ambientes campestres de Rusia en acelerada euritmia que Gabriela Jiménez
(timbales) afrontó con oficio categórico.Conformidades de
danzas cosacas que fueron escoltadas por elocuente motivo melódico
dibujado por clarinetes, arpa, flautas y cuerdas en guiños de un
vals-marcha que desembocó en el silencio.Uno de los
mejores momentos de Ostrowsky: encomios desmedidos (¡bravos!) de una
concurrencia satisfecha. Tres salidas y reconocimiento a la sección de
percusiones y timbales (Gabriel Camacho, Antero Chávez, Ernesto Hurtado,
Armando Zerquera y Gabriela Jiménez).Intermedio. Jóvenes
por doquier. Notimex abordó a Luisone Preséntico, musicólogo catalán
especialista en música rusa, quien expresó: “La OFCM está en sus mejores
momentos. Indiscutible el rigor del israelita Avi Ostrowsky. Recepción
inolvidable. Veremos ahora qué pasa con Prokofiev. Estoy seguro que la
OFCM se crecerá frente a la mejor sinfonía del autor de ´Pedro y el
lobo´”.Tiempo 3. Tercera llamada. Los acordes del Andante
-estructura sonata- irrumpieron con silbos de flautas y contigüidades de
violonchelos en una solida disposición de timbres variados que se
intersecan con sugerentes “riffs” de trompetas y pizzicatos empinados de
las cuerdas: metáfora del vigor humano.El scherzo del
segundo movimiento (Allegro marcato) -toccata- recreó el ánimo de
ciertas danzas campestres de Rusia. El tercer movimiento (Adagio), de
melancolía progresiva, se satura en un clímax de ensueños que las
cuerdas de la OFCM dibujaron con esmero.El cuarto
movimiento (Allegro giocoso) fue iniciado en orfeón de violonchelo que
esboza el tema del Andante inicial hasta desembocar en un rondo. La
vigorosa y precisa conducción de Ostrowsky supo sortear el leitmotiv
contrastante entre flauta y cuerdas en desglose de dos capítulos
melódicos de lenitiva belleza.Final de connotaciones
triunfales: la OFCM lo reasentó en lindes delirantes, los cuales se
interrumpen por un espléndido cuarteto de cuerdas en staccato y alaridos
de trompetas en irónica prosecución.Los ¡bravos! no
cesaron. El conductor israelita reconoció a la sección de viento y a las
cuerdas. Se vio obligado a tres salidas. Una estudiante de trompeta le
comentó a su amiga en el recibidor: “Qué pasajes tan inquietantes los de
las trompetas al final. Así quiero tocar alguna vez en mi vida”.Se
divulgó el programa del próximo fin de semana que será cedido al XXXV
Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez: Roberto Beltrán
Zavala, director huésped; Enrique nieto, percusiones. Obras de Hector
Quintanar, Omar Rojas, Alex Jiménez y Daniel J. Knaggs.TJ
Interpreta la OFCM composiciones de Chaikovski, Borodin y Prokofiev
Avi Ostrowsky, director huésped
Fuente: Internet