Impresionante concierto decembrino

Culiacán, Sin.- Un coro
majestuoso resonó en el templo guadalupano de La Lomita con un variado
programa de grandes compositores como Michael Praetorius, Georg Fredrich
Handel, Georges Bizet y Ralph Vaughan Williams, seleccionados para la ocasión
decembrina por parte del director de la Orquesta Sinfónica
Sinaloa de las Artes, Gordon Campbell, un público que aplaudió de pie a los
músicos y a los integrantes de tres coros y del Taller de Ópera, que unieron
sus voces para ofrecer una velada inolvidable.
El concierto terminó por enchinar la piel en todo momento de los asistentes,
que hicieron estremecer el sacro templo con sus aplausos y sus vítores.
El programa inició con la
Suite L?Arlésienne de Georges Bizet, una bella pieza,
luminosa, alegre y llena de optimismo, integrada por los movimientos Pastoral, Intermedio
(agnus dei), y Farándole (Marcha de los Reyes Magos), esta última la más
conocida, y que preparó a los asistentes que llenaron el inmueble para las
piezas posteriores.
La segunda pieza fue la
Serenata a la
Música (Serenade to Music), del músico inglés R. Vaughan Williams,
con la participación de los miembros del Taller de ópera del ISIC, que dirige
el maestro Carlos Serrano, una pieza de corte bucólico, suave, que transmite un
dulce serenidad.
Cada uno de los artistas mostró emoción en cada una de sus
intervenciones, pero sobretodo cuando el director les pedía pasar al frente
para el correspondiente aplauso del público por tal distinción.
En la tercera pieza y tocada por primera vez por la orquesta y para el
momento, entraron en fila los coros de la Escuela Superior
de Música del ISIC, el Coro de la
Comunidad de Culiacán y el Coro Vocacional, quienes se
distribuyeron por los dos costados del templo, y la mayoría de los coristas
ingresaron y se colocaron tras ellos, creando una herradura de voces y sonidos,
para al momento escuchar el hermosísimo Cánticum trium puerorum (Cántico de los
tres muchachos), del alemán Michael Praetorius.
Es una bella alabanza a Dios, en la que la sección del coro que
permaneció frente al altar, cantaba una parte de las bendiciones (Bendecid,
noche y día, luz y tinieblas, al Señor,/ bendecid, relámpagos y nubes, hielos y
nieves, al Señor), hasta que se unía el gran resto del Coro, in crescendo, para
responder: Bendecid, hijos de los hombres, siervos del Señor, espíritus y almas
de los justos, al Señor!).
El entusiasmo del público ante ese sonido envolvente  generó un ambiente de misticismo. Todos
estallaron en un gran aplauso prolongado.
El gran cierre con la pieza ?Aleluya?, de G.F. Haendel, que retumbó en
lo más recóndito de los corazones e hizo vibrar a los asistentes.
Así fue el cierre de esta temporada, que Leonor Quijada, presidente de la SAS, despidió recordando que
desde hace trece años este concierto ha venido a convertirse en una de las
tradiciones más esperadas en estas fecha, y agregó que llegar a un programa
como éste es posible gracias a que tenemos una orquesta, y a que se han
conformado tres coros.
Al final del programa los asistentes disfrutaron de un delicioso y
calientito ponche, el cual fue motivo para continuar con los comentarios del
evento, entre la fila se encontraban parte de los músicos y coristas, quienes
en todo momento recibieron felicitaciones. WM