México.- El cine mexicano se quedó sin la abuela más famosa de México hace 40 años, el 21 de noviembre de1980 dejó de existir doña Sara García y nadie volvió a ocupar su lugar como “abuelita del cine nacional”, mismo que dejara vacante la actriz veracruzana; sin embargo, todavía en la actualidad su imagen perdura en la conocida marca de chocolate, aunque las nuevas generaciones, ignoran quién es esa adorable viejecita que les endulza el paladar en la época invernal.
Sara García Hidalgo nació en Orizaba, Veracruz, el 8 de septiembre de 1895 y realizó una brillante carrera artística con 150 películas en su haber, convirtiéndose en una de las grandes figuras de la Época de Oro del Cine Mexicano; también se la considera pionera de la radio y la televisión en nuestro país.
Sus padres eran originarios de Españay, al igual que ocurre en este aciago 2020, allá por 1900 la familia sufrió los estragos de una epidemia que contagió de tifus a la niña, quien a su vez infectó a su madre, muriendo ésta meses más tarde.
Buena para el dibujo y la pintura, Sara se decantó por la actuación y aun cuando inició su carrera con un filme mudo en 1917, En defensa propia, del director Joaquín Coss, desarrolló una intensa actividad en el teatro alternando con estrellas de la época como Eduardo Arozamena, Prudencia Griffel y las hermanas Blanch, antes de abrazar de lleno el quehacer cinematográfico.
Pronto se incorporó al cine sonoro con filmes como Así es la mujer (1936), No basta ser madre (1937) y Por mis pistolas (1938, con Cantinflas), hasta que en 1940 a raíz de la cinta Allá en el trópico, de Fernando de Fuentes, inició su leyenda como “la abuelita del cine nacional”.
Y es que, Sara sorprendió con su actuación en esa cinta al interpretar a una anciana -aun cuando ella era joven- para lo cual decidió someterse a la extracción de 14 piezas dentales a fin de poder hablar como abuelita y, peor aún, dicen, fracturóse una rodilla para mostrar con “naturalidad” el andar de una viejecita con bastón.
Sarita García suspiró por última vez a los 85 años de edad sumiendo en la tristeza a nuestro pueblo y dejando sin abuela al cine mexicano. La causa, un paro respiratorio derivado de neumonía, aunque días antes había sido hospitalizada tras sufrir una caída en la escalera de su casa.
Sus restos reposan en el Panteón Español de la Ciudad de México.
OTRAS DE SUS PELÍCULAS
Ahí está el detalle (1940).
Cuando los hijos se van (1941).
Dicen que soy mujeriego (1948).
Azahares para tu boda (1950).
El crucifijo de piedra (1954).
La tercera palabra (1955).
Las señoritas Vivanco (1958).
Sor Ye Ye (1968).
Por qué nací mujer (1970).
Mecánica Nacional (1971).
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