Justin Welby, Arzobispo de Canterbury, que se encargó de oficiar la boda de los duques de Sussex, dio su opinión personal acerca de pertenecer a la familia real.
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Nacer en el seno de la familia real es comparable a recibir una cadena perpetua sabiendo que no existe la posibilidad de apelar por que sus miembros siguen siendo conocidos incluso después de desvincularse de La Firma.
“Es una cadena perpetua sin libertad condicional, ¿verdad?”, dijo en una entrevista.
Debido a las declaraciones de Meghan Markle en la conversación con Oprah, que se habían casado en secreto en una ceremonia tres días antes de la oficial, el Arzobispo aclaró que no importa los votos que hayan intercambiado, el enlace oficial sería en que él se encargó de oficiar en la capilla de San Jorge.
“Si nos remontamos a los años 30 y a Eduardo VIII, él aún era una celebridad y le seguían a todas partes incluso después de que abdicara… Esperamos de ellos que sean sobrehumanos”, añadió.
