Johannesburgo.- Mientras sus oponentes luchaban por el oro en los Juegos de la
Mancomunidad, Caster Semenya se preocupaba por sus finanzas y se
preguntaba si podría seguir corriendo.
La controversia provocada por las pruebas de género y su inactividad de
11 meses dejó a la campeona mundial de los 800 metros sin
patrocinadores, dijo el representante de Semenya, Tshepo Seema.
Semenya tiene problemas para pagar por los gastos necesarios para
seguir corriendo e incluso aceptó una oferta de ayuda de dos jóvenes
sudafricanos, que dicen que reunieron un grupo de amigos por Facebook
para recaudar dinero para la atleta.
Semenya, de 19 años, fue la primera mujer sudafricana que gana una
medalla de oro en un mundial cuando se impuso en agosto de 2009 en
Berlín. A pesar de la controversia por las pruebas de género _de la que
salió airosa y que le permitió volver a correr_ fue recibida como
heroína en Sudáfrica.
Sin embargo, la campeona mundial no puede encontrar patrocinadores.
”Hemos ido a varias compañías, compañías automotrices, compañías de
celulares, cadenas de restaurantes, todo tipo de compañías”, dijo Seema
a la AP. ”Pero no podemos conseguir patrocinios por la publicidad
negativa de los últimos meses. No es bueno para Caster”.
”Caster recibió el visto bueno para competir como mujer, ella debe
tener la oportunidad de conseguir patrocinadores. Las compañías dicen
que hay mucha incertidumbre en torno a Caster, nos han dicho ‘no podemos
acercarnos a ella”’.
En septiembre, Semenya lanzó una campaña de mensajes de texto por celulares para recaudar dinero.
”Quisiera pedirle a todos los sudafricanos que me apoyen en varios
medios que mi equipo ha organizado”, dijo Semenya, usualmente tímida a
la hora de hablar en público, en un comunicado que acompañaba el
lanzamiento de la campaña. ”y mi promesa al país es que a través de la
excelencia y la dedicación haré lo posible para cumplir con la
reputación de ser conocida como la Chica Dorada”.
Este mes, Semenya incluso se reunió con un grupo de Facebook que quiere
vender camisetas y lavar vehículos por dinero, una situación impensable
para una atleta campeona mundial.