“Estoy en los campos y parece que lo veo jugar… a mi Jonathan, a mi ‘Capi’”

Mazatlán, Sin.– El amor por el futbol se lo transmitieron sus hijos, al ser amantes de este deporte por muchos años en el futbol mazatleco, siendo unos de los hermanos más reconocidos en este ámbito: los Frías Ramírez.

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Jesús, Heriberto y Jonathan (QEPD) tienen el orgullo de tener como madre a la señora Eduviges Ramírez, mejor conocida como “Doña Güera”, quien a sus más de siete décadas sigue apoyando a sus hijos y a toda sus conocidos en los campos deportivos.

Hace 12 años, en el 2010, perdió a uno de sus herederos, debido a la violencia que se desataba en aquella época en todo Sinaloa y en el país. Le quitaron la vida, a unos metros de su casa.

 

Jonathan Frías Ramírez, era apodado como “El Capi” por su liderazgo y talento al jugar como defensa central en varios equipos de la localidad, como Frutería Bernal, Hermanos y Amigos, Bimbo y para el equipo de La Cruz de Elota en las Ligas de Primera Fuerza y la desaparecida Liga de Futbol Regional.

Para ella, Jonathan, el menor de sus nueve hijos, siempre será su niño consentido, a quien recuerda todos los días desde su fallecimiento.

“Él era mejor de los tres, él comenzó jugando aquí en la escuelita de tres años con los plebes de 15 y 18 años, todos me lo cuidaban, fue muy querido mi niño”, dijo.

 

“Su primer entrenador fue un señor que le apodaron ‘El Peruano’, jugaba en la UAS, en la Ferrocarrilera, en las canchas del ISSSTE, andaba por todos lados” , agregó.

Frías Ramírez, quien falleció a los 22 años de edad, era un líder en la cancha, donde jugara era capitán de su escuadra, compartió su señora madre.

“Siempre fue capitán del equipo, tenía voz de mando y había un jugador que siempre admiraba, nunca supe porqué usa el número cinco, pero creo que fue porque su primer juego oficial fue a los cinco años”.

Recuerda muy bien “Doña Güera” que su hijo le pedía que no fuera a verlo jugar porque se metía con los árbitros, pero sus compañeros le decían que la querían como su porra oficial, ya que muchos no gozaban ese privilegio, de ser acompañados por sus padres.

“No le gustaba porque no le gustaba que le gritara a los árbitros, hasta que le empezaban a decir sus compañeros porque se enojaba que fuera, ellos le decían que deseaban que fuera la suya” , expresó.

Tuvo la oportunidad de representar a México

La forma como jugaba llamó la atención de varios clubes del futbol mexicano, estuvo en las filas del Club Morelia y las Chivas lo llegaron a buscar una vez, además de ser considerado para concentraciones de selecciones menores, teniendo la oportunidad de estar en el proceso el equipo Sub-17 que ganó el Mundial de Perú 2005, donde militaron Giovanni Dos Santos, Carlos Vela, Efraín Juárez, Ever Guzmán, Sergio “Mochis” Arias y el culiacanense Héctor Moreno.

“Él estuvo en Morelia, pero le hablaba mucho el de las Chivas y después al Atlas. Estaba convocado a la selección cuando quedaron campeones los del año 2005. Él pudo haber jugado con Giovanni Dos Santos, Carlos Vela, le hablaban por teléfono para que se fuera” , comentó.

Entre tantas aventuras que disfrutó junto a sus hijos, Jonathan siempre la tomaba en cuenta para que fuera a verlo jugar. En una de ellas, Doña Eduviges, como pocos la conocen en el futbol y en su barrio Insurgentes, se subió a su moto y tomaron carretera para ir a jugar a La Cruz de Elota en la desaparecida Liga Regional.

“Amá, voy a jugar en La Cruz, me invitaba y en la moto nos íbamos hasta allá. Hubo un partido que quedaron campeones y me daban ‘carrilla’ los de La Cruz, pero después con Hermanos y Amigos donde quedaron campeones, la gente me decía que tenían que seguirme para volver a ser campeones”, expresó.

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“Amá, juego mañana a tal hora, ya cuando él se levantaba tenía su uniforme, yo le juntaba todo, ahí se lo tenía”, añadió.

El defensor siempre fue reconocido y querido por el gremio, disfrutando sus tardes en la desaparecida cancha de la Sahop, acompañado de sus amigos del barrio para hacer la “cáscara” y prepararse para sus encuentros del fin de semana.

Cuando se juntaban los tres Frías en la cancha se convertía en un carnaval, más si eran rivales, externó Eduviges.

“Todo el tiempo, todos lo chiqueaban un montón, cuando jugaban juntos era un desmadre, pero cuando eran rivales era peor, pero todo se quedaba en la cancha” .

Después de haber perdido a su hijo, sus familiares le cuestionaron porqué asistía a los campos deportivos, pero Doña “Güera” era tajante, ya que sentía que se reencontraba con su hijo, al observar tanto joven gozando de la “redonda”.

“Voy al campo, primero me decían a qué iba, parece que encuentro a mi hijo ahí en el campo, aun así que ya pasaron años, estoy en el campo y parece que lo estoy viendo jugar, con más ganas le grito a los árbitros. No recuerdo yo que lo hayan expulsado, no lo regañaba en los juegos, a veces lo regañaba porque le hacía maldades a sus compañeros, disfrutaba verlo en cualquier cancha de Mazatlán”.

Reconoce que su hijo menor pudo haber dado más para el futbol de Mazatlán, le faltaba camino por recorrer, pero si la legendaria Frutería Bernal continuara vigente, él sería parte de su equipo, el de sus amores.

“Le faltó mucho camino recorrer, si la Frutería Bernal siguiera y él también ahí estuviera. Yo a mi hijo lo recuerdo todos los días, a todas horas, a mi hijo ni el altar le pongo, lo traigo aquí, aquí está conmigo”, puntualizó.

Doña “Güera” asiste la mayor parte de la semana a la Unidad Deportiva Toledo Corro, siempre con su bolsa y su silla para buscar un lugar en las gradas, su coca, sus galletas y cajetilla de cigarro, ella es feliz ahí, viendo futbol, recordando a su hijo, añorando a su “Capi”.

“Más que nada por mis hijos, claro que el deporte que me ha gustado es el futbol, desde antes que jugaran mis hijos… y le voy a las Chivas”, culminó.