Guadalajara.- Una vez más, la violencia tomó al futbol como pretexto hueco para tender su lamentable sombra. Un aficionado de Chivas, Édgar Iván Jasso, de 18 años de edad, fue herido de bala en León, previo al duelo frente a La Fiera. Los jugadores del Rebaño Sagrado lamentan lo ocurrido.
Actos como ese no tienen lugar en el deporte. Omar Esparza adopta un semblante reflexivo al hablar sobre el tema con CENTRAL DEPORTIVA.
Conoce la pasión que despierta el balompié, pero hace un llamado para
que dicha situación no salga de contro. Lo ocurrido en tierra
guanajuatense no debe repetirse, asegura el rojiblanco.
“La verdad que es lamentable porque yo tengo familia, tenog tíos,
rpimos, amigos que van al estadio. En cualquiera estadio, no importa la
plaza que sea, es desagradable. Hay que pedirle tanto a la afición
nuestra como a los rivales que lo vivan, pero que lo vivan apoyando a su
equipo, que no se metan con las porras contrarias”, solicita Esparza.
El futbol es un juego emocional. Involucra sentimientos como la
pertenencia y el orgullo. Pero eso no debe ser como excusa. “Se pueden
decir palabras, pero ya cuando entra la violencia, hay un arma o hay
golpes, entonces la verdad se vuelve muy lamentable”, añade el lateral
derecho del Rebaño Sagrado.
Ambiente complicado es el que envuelve los partidos que se disputan en
plazas como el Nou Camp. No alcanza a infundir temor en el futbolista,
pero sí debe ser manejado de manera distinta por los aficinados.
“No, no da miedo. Claro que es un entorno difícil, la gente se mete
mucho, pero uno como jugador también le motiva eso. Por ejemplo, en León
se sacó un triunfo que nos da alegría con la poca gente de nosotros que
viajó para apoyarnos y dejar un poco en shock al estadio también es
motivante”, explica Esparza.
Destaca la personalidad
Con el triunfo siempre viene la tranquilidad. Chivas ahora tiene la
calma necesaria para evaluar su desempeño de forma más objetiva. En
León, reconoce el plantel, no apareció el mejor futbol rojiblanco. Pero
sí destacó algo que también sirve para ganar partidos: la personalidad y
carácter.
“Claro que sí eso (personalidad) fue de todo el equipo. Fue difícil el
entorno, la cancha, el público que se entrega al máximo, León salió a
presionar, a hacernos un gol lo más rápido posible. Claro que es de
resaltar esa tranquilidad que tuvimos, ese manejo de partido”, señala
“El Negro”.
Guadalajara era una olla de presión por la ausencia de buenos
resultados. Hoy, se respira con soltura. “Sí se libera por completo,
pero hay que seguir trabajando. Eso no quiere decir que nos vayamos a
relajar, tenemos que seguir por esa línea de trabajar fuerte y ser
intensos. Ahora debemos sacar puntos en casa frente a Pumas”, agrega el
lateral.
Ahora, de cara al enfrentamiento con la UNAM, espera
que también se refuerce el lazo con los seguidores. “La gente nunca nos
ha abandonado y esto es lo que necesitábamos, una alegría para nosotros y
una gran alegría para ese pueblo chiva”, concluye Esparza.
CHG