Culiacán, Sin.- La mañana del ya lejano 12 de julio de 1962 fue cuando Isabel de Chávez, sintió que se le salía una agüita: “era que ya la fuente se me había roto y el parto se avecinaba justo cuando “mi viejón” Roberto y yo estábamos desayunando, ya el plebillo canijo, bien bueno para pelear desde que estaba en el vientre mío”, así recuerda aquel parto la madre de quien hoy es el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, hablamos de Julio César Chávez González quien está de fiesta y por ello su mamá le recuerda con gran cariño y amor.
“Don Rodolfo, a la señora le tenemos que provocar el parto porque la niña o niño le reventó la fuente, sin querer nació Julio bien bonito, gordito, pelón, soy una bendecida por Dios por tener a mi hijo Julio y a todos con bien, Julio, nació en la tardecita porque en la mañana estábamos desayunando mi viejón y yo y fue cuando empecé a salirme agüita ya se me había reventado la fuente ya el plebillo canijo, bien bueno para pelear desde que estaba en el vientre mío”, recordó muy alegre Isabel.
“Mi hijo Julio, es una bendición de mi Dios, gracias al de arriba somos una familia de bien y hoy en su cumpleaños le deseo siempre que sea muy feliz, que la pase bien junto a sus hijos y aunque no pudimos estar juntos por el virus, quiero que sepa que lo amo y lo amaré siempre”, así el mensaje que concedió Isabel a su hijo Julio César Chávez González en entrevista para Línea Directa, concedida vía telefónica desde su hogar en Culiacán.
“Me siento muy orgullosa y le deseo a mi hijo pues que sea muy feliz, que tenga un feliz cumpleaños, que se la pase bien con sus hijos que tiene allá, con su mujer, yo de aquí pues le voy a volver a hablar también y le voy a mandar muchos abrazos y besos y decirle lo mucho que lo quiero y orgullosa que estoy de él siempre, y claro que cuando tenga oportunidad de venir a Culiacán, le vamos a festejar con una comida y una reunión familiar con todos los cuidados y desearle de todo corazón lo mejor”, destacó en tono muy alegre la mamá de Julio.
“Era un muchacho bien trabajador, estudioso y le gustaba ir a vender periódico y en cuanto salía de la prepa se iba a un lavado que estaba cerca de la casa y pues le gustaba siempre trabajar y traer dinero”, subrayó la madre del campeón Julio.
“Mira Rodrigo, te voy a decir o sea que Rodolfo y Rafael, sus hermanos no querían que fuera boxeador porque era muy difícil esa carrera y querían que Julio siguiera entrenando, pero a escondidas se metió a un torneo y salió campeón, él siempre se iba por toda la vía del tren a correr hasta el malecón, le daba la vuelta y ya cuando llegaba a la casa mi hija Perla, le ponía música y yo le hacía el desayuno” … “Déjenme pelear 10 peleas, si pierdo una me salgo del box y nombre “mijo” las diez peleas las ganó, me dijeron mamá, el “Cacho”, porque así le decían a Julio “Cacho”, pues es bien bueno y siguió peleando aquí en Culiacán”, dijo Isabel.
La orgullosa mamá del gran campeón sinaloense, recordó también las peleas que su hijo tenía en las que en un inicio no le pagaban bien en Sinaloa, por lo que decidió irse a Tijuana a pelear: “pues mira lo llevó su hermano Rafael Chávez y le ofrecieron 100 mil pesos, que era lo que se debía en la casa donde en ese entonces vivíamos y ganó, pues lo firmó Don King”, relató la mamá de Chávez González.
“Vieras que siempre fue un muchacho bien disciplinado, siempre antes de las 4 o 5 de la mañana agarraba su ropita y se iba a entrenar, me decía mamá, ya me voy y salía campeón goleador en la secundaria y en la prepa, se iba a jugar voleibol y ganaba y siempre me traía para el queso y me compraba leche, siempre fue muy atento mi hijo”, recordó Isabel de Chávez.
Su mamá nos narra que nunca, pero nunca tuvo la dicha de estar presente ni tan siquiera ver por televisión una pelea de Julio, ni cuando ganó su campeonato ante el Azabache, ni cuando ganó en el majestuoso Estadio Azteca, donde venció en una pelea de película a Greg Haughen.
“Julio nos llevaba a todas las peleas, pero yo jamás fui a verlo pelear, todos se iban a verlo en las peleas y yo me quedaba haciendo oración, mira Rodrigo, te diré que yo no pedía que ganara, yo le pedía a mi Dios, que no me lo golpearan y nombre cuando le ganó el campeonato al Azabache, la calle en mi casa que era chica pues se llenó de gente y hasta por atrás en la vía del tren pues había mucha gente festejando, recuerdo que esa noche salió Roberto su padre en pose de peleador y riéndonos todos por eso y muy felices y orgullosos”… “Extraño mucho mi casa a mis hermanos, pero acá me pagan mejor y quiero ser campeón y le quiero comprar una casa grandota y ese sueño que él tenía con su trabajo y dedicación si lo cumplió y me compró mi casita gracias a mi Dios”, finalizó Isabel de Chávez, una madre muy orgullosa de todos sus hijos y que hoy en el cumpleaños de Julio, recuerda con gran cariño y pide que siempre a su hijo le vaya muy bien y siempre tenga salud para poder estar juntos en familia y seguir recordando con orgullo cada una de sus peleas.