Houston, Texas.- Quieren a México de local en Estados Unidos. Es un sueño de los que tienen etiqueta de imposible, pero la esperanza es inmortal.
Los paisanos que viven en Estados Unidos desean que no sea el último
partido de eliminatoria donde se pueda presenciar un partido del Tri.
Saben que habrá otro en el hexagonal final contra el cuadro de las
barras y las estrellas, aunque ese siempre es en un lugar sin mexicanos.
Quieren más; ¿por qué la Selección Nacional no juega como local del
otro lado de la frontera norte? Hay muchas razones por las que debería
hacerlo, según los mexicanos que viven en suelo estadounidense.
“Aquí México juega como si fuera su casa. Nada más hay que ver cómo
somos los que vivimos acá, que nos gusta mucho que el equipo venga para
acá”, presume un hombre con un ruidoso tambor, peluca tricolor y gritón,
que se identifica Germán C. C.
Para ver el duelo entre el cuadro verde, El Gigante de la Concacaf,
contra Guyana, el colorido aficionado al Tri invirtió 400 dólares para
comprar su playera, atuendo, instrumento musical y boleto. La cifra es
alta, pero se siente orgulloso de haberla gastado.
“El estadio siempre pesa para los equipos visitantes, somos muy ruidosos y echamos muchas porras”, describe emocionado.
Germán organiza las clásicas arengas de “¡México, México!” entre los
asistentes al estadio BBVA Compass. Toca su tambor y augura una goleada
de los verdes. Hace una pausa y expresa que su deseo es poder ver más
partidos de eliminatoria donde el Tricolor pueda jugar de local en
Estados Unidos. Es una ilusión que espera se concrete.
“La verdad tenemos esperanza. Esperamos que este no sea el último
partido para el Mundial acá y pueda venir México a jugar otra vez”.
Pero el estadio no se llena
Curiosamente ayer una buena parte de la tribuna del BBVA Compass lució
naranja; nada que ver con los tintes tricolores de México o con el
amarillo de Guyana, sino con el tono de las butacas, dado el color del
Dynamo de Houston, equipo de la MLS que actúa en este escenario.
Para que los asientos quedaran sin ocupar influyeron los altos precios
de los pases (de 70 a 150 dólares), además de que se notó la presencia
de revendedores afuera del estadio.
La sorpresa fue mayúscula porque un día antes, el organizador Eduardo
Beltramini, aseguró que se habían vendido cerca de 18 mil boletos y que
todavía faltaban tres mil disponibles.
Pero durante las horas previas al duelo, donde los Jaguares Dorados de
Guyana fueron locales, casi no habían personas formadas en las taquillas
del estadio texano. Eran ya muy pocas personas las que solicitaban un
boleto y el inmueble no se llenó. NE