Guasave, Sin.- Nació con glaucoma congénito, es una enfermedad crónico degenerativa, le habían dicho que a los 7 años iba a perder la vista pero gracias a la ciencia, a medicamentos y cirugías, lograron alargarle el proceso y rescatarle el ojo izquierdo, el cual, a la edad de 14 años a consecuencia de un golpe que sufrió jugando voleibol se le desprendió la retina y lo dejó completamente ciego.
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Ángel Guadalupe Olguín, cuenta con 22 años, es originario de Los Mochis, y a diario viaja en camión desde el vecino municipio hasta la comunidad de ejido Los Pinitos, perteneciente a la sindicatura de La Trinidad, en Guasave, donde ejerce como profesor en la telesecundaria 109.
Ángel, relata como aún y cuando perdió la vista, esto no lo desmotivó, él quería ser arquitecto, pero consiente de su condición se inclinó por la docencia, y asegura que cada día se esfuerza por ser un buen maestro.
“Tener la discapacidad también es aceptar que puedes y no puedes hacer, porque es como todo, hasta las personas que ven tiene sus cinco sentidos y hay cosas que pueden y no pueden hacer, cuando llega el momento de elegir la carrera, – a ver ¿qué opciones tengo?, y pues afortunadamente elegimos esta carrera, me enfoco totalmente a esto y durante el proceso de la formación nos gustó y hasta ahorita seguimos muy entusiasmados”, resaltó.
Ángel Guadalupe, resaltó el gran apoyo que ha tenido de parte de su familia, sus padres y cuatro hermanos que lo han ayudado durante todo este proceso, el cual describe como difícil, pero que poco a poco ha ido aceptando y lo ha hecho una mejor persona.
El joven profesor, explicó que desde el inicio del ciclo escolar recibió asilo por parte de una madre de familia pero desde hace tres semanas decidió ir y venir a su casa, a diario se levanta a las 4 de la mañana, toma el primer camión de Los Mochis a Guasave y posteriormente toma el autobús a Estación Naranjo, su parada esta sobre la carretera 19, para cruzar la vialidad, utiliza el sentido del oído para escuchar si vienen carros, en ocasiones quien lo ve, lo ayuda a cruzar, luego emprende un largo caminar de un kilómetro por terracería hacia la comunidad Los Pinitos, a veces, dice que tiene suerte y le dan raite, otras, camina apoyado solo con su bastón hasta llegar a la pequeña escuela a hacer lo que más le gusta.
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De regreso, su compañera maestra lo acerca a la carretera internacional México 15, para tomar de nueva cuenta su retorno a su hogar, Ángel es un ejemplo a seguir de como “querer es poder” y de que una discapacidad no es una limitante para lograr sus propósitos y sueños.