Guasave, Sin.- ¡Ahí viene! Gritó quien esperaba a la viajera motorizada en su negocio de tacos, ubicado en el poniente de la ciudad de Guasave, parecía que se trataba de un familiar, por las ansias que le generaba, pero inmediatamente dio la vuelta aquel vehículo sorprendente que con la música puso al sector de buen humor, así, literal, lo llenó de “alegría”.
Debes leer: Rankeado entre los 10 principales festivales del mundo, Navachiste espera a más de ¡mil asistentes!
Ángela Stassano, es arquitecta de profesión, y educadora, escritora de dos libros y consultora independiente, con 60 años de edad, madre de dos hijos y abuela de otras dos, quien un día se decidió a hacer lo que tanto había deseado, en plena pandemia compró su motocicleta y emprendió el viaje, ¿a dónde?, a donde fuera, “todo es desconocido mientras no llegues”, respondió segura de sí misma.
Contenido de Twitter
Fue el fin de semana cuando atraída por la fraternidad de Motoviajeros, llegó a la ciudad de Guasave, un mapa de papel la acompaña, por si acaso el Internet y la tecnología de su equipo le hacen una mala jugada; así llegó hasta aquí y la casualidad la encontró con Línea Directa.
“He trabajado toda mi vida, el año pasado cumplí 60 años, decidí que iba a hacer las cosas que no había podido hacer por trabajar; mis hijos ya están grandes, ya tengo nietas. Hace dos años y medio compré la moto, iba para Canadá y cuando entré a México, usted sabe cómo son las noticias: terribles, según yo sólo iba a cruzar México lo más pronto posible para llegar a Canadá, pero cuando conocí la fraternidad mexicana, me quedé en México. Y ahora este año regresé porque subí todo el Pacífico y ahora quiero bajar por el Atlántico”, dijo.
Da click aquí para ver de que tratan los techos verdes.
Cuando bajó de “Alegría”, su motoneta, a quien puso ese nombre porque es literalmente la emoción que genera con sólo verla, los presentes se quedaron impactados, inmediatamente las miradas se volcaron a la persona que la manejaba, que por su atuendo no se alcanzaba a definir, pero al quitarse el casco, su blanca cabellera y después su silueta quedaron al descubierto: una mujer motociclista había hecho acto de presencia.
Te sugerimos: ¿Estás preparado? Este año sí habrá Festival Internacional de las Artes Navachiste
Salió el 02 de febrero de su casa, ya con más de un mes de viaje, pasó por Guasave para conocer y qué mejor que su rica gastronomía: unos tacos de adobada de El Flaco, en el fraccionamiento Villa Universidad, “buenísimos”, dijo al probar. Innegablemente este apartado no tiene comparación en México, pero lo que la enganchó fue la fraternidad.
Contenido de Instagram
“El trato es de hermanos, o sea ni nos conocemos y yo me quedo con cualquiera y yo sé que no me va a pasar nada, me acompañan, me cuidan, me vigilan, me avisan, ando viajando por todo México sola, mire ayer: yo voy pasando por la caseta y el carro de enfrente me paga el boleto y yo no sé quién me lo pagó, pasan tantas cosas, me invitan a sus casas, con sus familias, los mexicanos son muy acogedores y eso yo no lo sabía, por eso me quedé en México”, expresó la hondureña.
También te recomendamos: “Vamos a aguantar lo que se pueda en la toma de la coordinación de Cobanaros”: José Luis Buitimea
Con seis décadas encima, expresó que siempre ha viajado sola, le gusta manejar, antes vehículos, hoy en día a su Alegría, “temores siempre hay”, la diferencia entre el cobarde y el valiente es que el valiente se atreve y es ahí cuando conoce a gente linda, como la que la recibió en Sinaloa, dijo.
