Guasave, Sin.- ¡Es el colmo de males!, están viviendo una verdadera pesadilla, que ni en los peores sueños la hubiesen imaginado; el gusto por saber que no le había pasado nada a su hijo el pasado 14 de septiembre al sufrir un accidente vehicular, les duró muy poco, pues están inmersos en una verdadera injusticia: Ahora resulta que por haber caído en un megabache de la carretera Internacional México 15, ahora Capufe les está cobrando 76 mil 600 pesos por daños.
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El padre de Alberto, el joven estudiante del Instituto Tecnológico de Guasave, quien el pasado 14 de septiembre al regresar de clases y pasar por la sindicatura de El Burrión, a la altura del kilómetro 140, cayó en un hoyanco de la rúa federal, aseguró que el vehículo se impactó contra la laminilla que está en los laterales de la carretera, misma que ya se encontraba dañada, pero que ahora Caminos y Puentes Federales que tiene concesionado ese tramo, les está exigiendo la cobertura total por las afectaciones.
“Miren, yo no estuviera haciendo esto si él hubiera venido tomado, hubiera cometido algún delito, anduviera drogado, no estuviera yo aquí, pero se me hace injusto que, porque venía de la escuela, agarrar esta vía, fue el único pecado que cometió, cayó en ese bache, golpeó esa valla y ya nos están cobrando 70 mil 623 pesos; estamos nosotros cerrados, el carro está detenido, a mi muchacho ya lo estoy mandando en una moto, estamos asustados porque nos metimos en un problema que no lo teníamos”.
¿En la boca del lobo?
“Así es, y para dónde nos hacemos”, sostuvieron.
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La incongruencia en este sentido es que hay un parte de hechos de la Guardia Nacional en el que consta que fue el “bache mortal” lo que ocasionó el accidente, situación que es reconocida incluso por la residente de la caseta de cobro de Cuatro Caminos, Claina Valdez Luque, pero, aun así, le exigen el pago.
Los padres de Adán Alberto, quien es estudiante de cuarto grado de la ingeniería en Sistemas Computacionales, mesero por las noches en un restaurante, mencionaron que con muchos esfuerzos él compró el carrito solamente para su traslado a la escuela, lo hizo con un ahorro de sus becas y con parte de un recurso que como padres le otorgaron.
Ahora, tuvieron que pagar mil 900 pesos porque tenía siete días que se había vencido el seguro del vehículo, todavía deben el arrastre de la grúa y el piso del corralón y ahora están pensando deshacerse de la unidad y pedir un préstamo porque no encuentran “la puerta”.
