Guasave, Sin. – Don Arnulfo dejó esta tarde el cuarto 18 del Hospital General de Guasave, ese que ocupó durante casi dos meses desde que fue recogido en la plazuela de Leyva Solano, en muy mal estado de salud.
Un alma caritativa se apiadó de él, se enteró de que nadie ni autoridades, derechos humanos, DIF, ni mucho menos su familia, pudieron o quisieron hacerse cargo de él; le ofreció un techo y una cama donde dormir.
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Fue Esteban Ramírez, director del Centro de Rehabilitación y Readaptación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción de Los Mochis, quien le extendió su “mano amiga” y se ofreció a ayudarlo.
“Me sorprendió salieron muchos muchachos a apoyar al camillero de la ambulancia, todos muy atentos y muy amables, le dejamos los documentos, tiene hermanos en el otro lado que han dicho que quieren aportar algo entonces ahorita les voy a decir que está ahí con ustedes”, le dijo la trabajadora social al director del Centro de apoyo.
“Está bien, pero quiero un pan”, expresó Don Arnulfo cuando le dijeron que dejaría el hospital, se había habitado tanto al personal y ellos a él que la nostalgia los alcanzó después de casi dos meses de tenerlo ya dado de alta, pero como “inquilino”.
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Ahora saben que mínimamente estará bien atendido y que habrá personas a su alrededor para lo que pueda necesitar, no son su familia de sangre, pero lo han aceptado como tal.
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