Guasave, Sin.- Ricardito tiene apenas tres años de edad, saber que padece cáncer en la sangre fue devastador, pues no sólo se estaba enfrentando a una lucha diaria contra la enfermedad, sino que se quedó sin el apoyo de su madre, luego de que esta no supo asimilar la noticia y se fue llevándose a sus hermanos.
Hace apenas unos meses que recibe su tratamiento en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, es uno de los 42 niños de Guasave que están siendo atendidos por fundación Ganac, su padre lo llevó ahí cuando se dio cuenta de que algo no andaba bien con la salud de su pequeñito, el más chico de sus hijos, y desde entonces se ha convertido en su guardián 24 horas, los 7 días de la semana.
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“Vamos a cumplir un año en tratamiento ahora en octubre, fue duro, muy duro (saber que era cáncer), fue difícil, ha sido a veces cansado, difícil, pero pues con todo el ánimo de sacar la enfermedad, que se cure el niño, darle lo mejor de mi vida para él, ya que él se cure, buscar los motivos y todo para que él tenga una vida mejor”, anheló el amoroso padre.
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El pequeño es de la sindicatura de Palos Blancos; David, su padre, al faltar la mamá se ha hecho cargo al cien por ciento de su acompañamiento, siempre muy dispuesto para trabajar de la mano con la fundación Ganac, que es quien está costeando el tratamiento en su totalidad, ya que él tuvo que salirse de trabajar para estar con su hijo.
El pequeño Ricardito es la alegría, es un niño muy querido, muy proactivo y muy valiente; a pesar de las múltiples agujas que tiene en su cuerpo se le ve feliz, sonriente y disfrutando en su cuna de una buena caricatura.
“Es un señorcito”, dijo Salma, una de las activas de la fundación, desgraciadamente el niño no tiene a su mamá, pasó por el abandono a raíz de que se enteró de la enfermedad, ha sido complicado no sólo procesar esta situación de enfermedad, sino también lo otro, pero a pesar de ello, siempre tienen una sonrisa para los demás.
