México.- Muchos dicen que una “nalgadita a tiempo” ayuda a evitar problemas futuros en los niños, otros aseguran que no es necesario llegar a los golpes para entiendan y otros más destacan, que al final, todo es maltrato y marca la vida.
Si bien es cierto cada padre o tutor tiene sus estrategias para educar, lo cierto es que las medidas de protección de la niñez están más fuertes que nunca y hoy, ver a una persona adulta maltratando, habla más mal de ella que del propio menor que pudo haber hecho la travesura.
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“Más vale una nalgada a tiempo, que un delincuente en la cárcel” es la frase que muchos con la que muchos crecimos, pero ojo, se habla de “nalgadita” no de un golpe en seco con objetos como varas, cables, incluso, o aventarles con lo primero que se te ponga enfrente, como cuchillos, piedras u otros ¡en realidad sucede!
Ya no es tan normal escuchar a un padre tener que decir “le tuve que pegar” o “le di un cintarazo o chanclazo” ya que eso de inmediato, genera más ruido hacia la madurez mental del adulto, que la del propio menor. Las críticas sobrevienen.
Pero, ¿realmente es necesaria la “nalgadita” para que los niños y niñas entiendan la gravedad de sus acciones? Organismos internacionales como UNICEF han señalado que las personas que cuentan con una crianza positiva y sin violencia tienen una alta autoestima, incrementan sus habilidades sociales, mejoran su desempeño escolar, cuentan con más herramientas para enfrentar las dificultades que se les presentan y desarrollan un mayor bienestar psicológico.
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Por su parte, Comité de los Derechos del Niño desde 2006 ha instado a México para que asegure que el castigo corporal sea explícitamente prohibido en los órdenes federal y estatal en todos sus ámbitos; así como los actos de “corrección” de adultos con niñas, niños y adolescentes sea abolido de todos los códigos civiles federales y estatales.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes señala que ellas y ellos “tienen derecho a vivir una vida libre de toda forma de violencia y a que se resguarde su integridad personal, a fin de lograr las mejores condiciones de bienestar y el libre desarrollo de su personalidad”.
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La comunicación es la clave
Como siempre, es la comunicación la que hace la diferencia entre un “golpe mal dado” y un potencial delincuente, ya que como muchos padres dicen “ni a nalgadas entienden”, por ello ¿no crees que lo mejor es dialogar de manera razonable con quienes han vivido más tiempo que tú y que todavía necesitan más experiencia para entender las cosas?
Si tratas con respeto, respeto tendrás, pero si sólo los golpes conoces así sean “chiquitos” la marca silenciosa de una niñez violenta, se hará presente en la vida adulta y ahí sí, los problemas serán irreversibles, destacan expertos.