Culiacán, Sin.- En la actualidad, es normal que los niños, adolescentes y jóvenes pasen mucho tiempo en el celular, tabletas electrónicas, videojuegos o computadoras, y con ello llevan una vida de sedentarismo que pudiera provocar que estos menores tengan sobrepeso u obesidad, alertó Ángeles Monserrat Rodríguez Sánchez, endocrinóloga pediatra del Hospital General Regional (HGR) No. 1, del Instituto Mexicano del Seguro Social en Culiacán.
En el marco del Día Mundial de la Obesidad, la especialista señaló que la inactividad física por las nuevas tecnologías, está provocando un incremento en los casos de obesidad infantil en Sinaloa, lo cual es preocupante y debe alertar a los padres de familia, porque a raíz de este problema de salud, vienen otras enfermedades cardiovasculares, riesgo de diabetes, hígado graso, ansiedad y depresión, así como problemas sociales como el bullying.
“La obesidad infantil es un problema de salud pública con consecuencias a largo plazo que pueden presentar incremento de la presión arterial, colesterol alto, conlleva a un incremento de enfermedad cardiovascular, mayor riesgo de intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, con riesgo de diabetes en adultos, problemas respiratorios como asma y apnea del sueño, enfermedades del hígado”, dijo.
Destacó que desde el embarazo se puede tener un control adecuado con un incremento de peso normal de la mujer y posterior a esto que el crecimiento del niño sea normal, a través de una lactancia materna exclusiva y desde ahí se puede prevenir una enfermedad infantil y complicaciones en la adolescencia o en adultos.
Informó que la obesidad infantil se determina cuando el Índice de Masa Corporal está por encima del 20 por ciento y la mejor manera de combatir el sobrepeso y la obesidad en los menores de edad es una alimentación saludable y una actividad física vigorosa como natación, basquetbol, futbol, beisbol de 30 a 60 minutos al día.
Rodríguez Sánchez recomendó a los padres de familia que vayan con su médico familiar para que lleven una orientación nutricional y que desde pequeños tengan una orientación sobre su crecimiento y desarrollo, así como detectar a tiempo un factor de riesgo o, incluso, una enfermedad por sobrepeso u obesidad.
Concluyó que aunque la obesidad tiene una predisposición genética es completamente modificable si se atiende desde el inicio de la vida, pues es donde se puede modificar el estilo de vida, la actividad física y la educación nutrimental en la familia.