Guasave, Sin. – Van y enganchan a las personas, se aprovechan de su necesidad, les dicen que les darán trabajo y les pintan un bonito panorama. Son los “coyotes”, los intermediarios que se encargan de conseguir mano de obra migrante para el estado de Sinaloa, les cobran a ellos por traerlos, pero también al agricultor por colocarlos.
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Así explicó el “modus operandi” un productor agrícola, que, aunque asegura no tienen la responsabilidad completa, sí reconocen que hay casos en los que reciben de parte de “los coyotes” esta mano de obra, por la qué, los intermediarios ganan muy bien, pues lucran con la necesidad de los migrantes, gente sin educación y con una precariedad absoluta.
“Son gente que se dedica a traer gente, les cobran su estancia, aparte le cobran al agricultor, se van moviendo de agrícolas a agrícolas, a ver quién les paga más por ello, son coyotajes, enganchan a la gente en su lugar de origen diciéndoles que tienen trabajo seguro, estable por tantos meses del año; ahora se hacen los indignados ¿qué pasó, nadie se dio cuenta hasta que pasó esto?, ¿se puede decir que esto es tráfico de personas?, no creo que llegue a tanto”, sostuvo.
Seguramente la joven tarahumara que se dice madre de la niña que murió en Juan José Ríos venía engañada, seguramente creyó que venía a laborar a una agrícola bien establecida, pero al llegar aquí, la realidad es otra muy distinta a la que soñaron.
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Esta es la realidad de los jornaleros agrícolas, migrantes que ven en la llegada a Sinaloa su “sueño americano”, la posibilidad de salir de la pobreza extrema que viven en sus lugares de origen, donde incluso, estarían peor que en las cuarterías de Juan José Ríos o en Ruiz Cortines.