Surutato, entre Lilis y tomates

Badiraguato,
Sin.- Un camino sinuoso, solo, largo y a veces duro de subir. El carro se
acomoda, busca lugar, no derrapar ni distraerse.  Ir a la sierra alta del municipio de
Badiraguato no es fácil y, sobre todo, para quienes no lo conocen. Sin embargo,
la adrenalina fluye, el fuerte aroma a resina llena los poros de la nariz
conforme el paisaje va cambiando. El bosque de pinos, encinos y caobas se
yerguen orgullosos sobre las laderas de la hilera montañosa que forma parte de
la Sierra Madre Occidental. En esta ocasión del destino es Surutato.  Una comunidad enclavada en pleno ombligo de
esta deslumbrante sierra con apenas 984 pobladores, según el último censo, y a
una altitud de  mil 460 metros sobre el
nivel del mar.
A 75 kilómetros al norte de la cabecera
municipal de Badiraguato, Surutato se somete al cambio. Lo que antes era
iluminado con cachimbas y luego con paneles solares, desde hace unos años se transforma
con la electricidad. Sólo falta terminar el tramo de 14 kilómetros de
terracería a pavimento. Teniendo como actividades principales, la ganadería,
agricultura, silvicultura y comercio, sus habitantes luchan por tener nuevas y
mejores alternativas de empleo.
Amancio Ortiz
Pérez es uno de los productores que fue  de
los primeros en ser apoyados para la construcción de uno de los 32  invernaderos instalados en este municipio.  En
su patio trasero de un cuarto de hectárea 
presume con orgullo su plantación de tomate saladette.
?Pues aquí
este cuarto de hectárea lleva pasaditas unas 20 toneladas”- ¿Y hacia dÓnde manda
el producto?
-A Guamúchil
-¿Y todo se lo
compran?
-Todo se
compra, subrayó.
Para la
siembra de este cuarto de  hectárea don
Amancio requirió de 60 mil pesos, cantidad que sin duda fue recuperada con la
segura venta de su tomate en el mercado local que en mese pasados alcanzó hasta
los 18 pesos y que ahora venden a  8 ó 9
pesos el kilo.
Juan Guerra
Ochoa, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, muestra varios de estos
pequeños invernaderos en los cuales el Gobierno del Estado invirtió 17.5
millones de pesos con el fin de sembrar hortalizas en la época que no hay
producción en el valle y que en el caso de las flores se combinan con las ganas
y créditos de Financiera Rural.
?O sea, la ventaja de la sierra es que nos produce
en el primavera-verano y  otoño-invierno
entonces en ese momento el mercado está seco entonces toda la producción se
comercializa y agarra precios  muy altos
de  manera que les va muy bien a los
productores?, enfatizó.
Sin embargo,
de los 32 invernaderos que el gobierno apoyó en su segundo año de
administración, sólo ocho se mantienen en operación.  Tomate, chile , frijol y flores de ornato son
algunos de los cultivos que aún se mantienen en producción.
En Surutato,  las flores también son negocio,  como lo señala Verónica Avilés Rochín, quien
desde hace dos años cultiva lilis que vende en Culiacán.  Elizandra López Acosta, quien también siembra
flores, pero estos son rosas rojas para ser exactas, de las variedades Royalty
y Baccará, que hoy desafortunadamente son afectadas por la presencia de plagas
ante la destrucción de los plásticos y mallas 
de su invernadero.
?Pues sería por 
clima porque teníamos el clima similar a lo que es Villa Guerrero, y
Tulancingo donde se produce; la inversión fue a través de un crédito por
Financiera Rural fueron de 425 mil pesos?, 
externó Verónica Avilés.
-¿Es redituable este negocio?
-Sí, sí va bien,  cuando le atina uno a las fechas, por decir el
10 de Mayo, el Día de Muertos, el 14 de Febrero, no hay planta aquí por el frío,
porque se hela el botoncito?, señala por su parte Elizandra.
En un
recorrido  que se hizo por parte de
funcionarios de SAGyP para comprobar la utilidad de estas unidades invernadero
se determinó  también que hacen falta
técnicos que den mayor capacitación a los productores, quienes en su pequeño
espacio no han cuidado el ingreso de plagas. Unos surcos de frijol higuera, que
convive con hileras de chiles  poblanos
no fueron una buena decisión. La mosquita blanca, manteca  y otras plagas están dentro, y hay que
empezar de nuevo con lo primero, la capacitación técnica  que permita darle el uso adecuado a estos
invernaderos que permiten diversificar las actividades agrícolas de la región y
aprovechar las bondades de un clima frÍo, aguas cristalinas que bajan por los
múltiples veneros y arroyos de esta hermosa comunidad asentada en lo más
intrincado de la sierra badiraguatense.Mira el video aquíLM