Guasave, Sin.- Para las familias desplazadas por la violencia en la sierra de Sinaloa municipio el viacrucis aún no ha terminado, a 16 años desde que salieron de sus casas huyendo por salvar sus vidas, en ese trayecto han sido revictimizados una y otra vez. Ahora tienen la última luz encendida en el Gobierno del Estado, por medio de Sebides, porque el municipio ya no puede hacer más por ellos.
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Tal es el caso de “Pedro” (nombrado así, para proteger su identidad) y el de otras siete familias más, que desde el 2008 bajaron de la sierra por la violencia que se desató en su comunidad, en Guasave lograron establecerse empezando de cero, pero a cabo de 10 años fueron desalojados de los terrenos donde habían fincado y actualmente tienen 2 años viviendo como refugiados del municipio en las instalaciones de la vieja preparatoria Mújica.
Les habían prometido buscar terrenos para que el Estado les diera un pie de casa, pero hace poco relató “Pedro” que las autoridades municipales les informaron que no hubo forma de ayudarlos y que ya no son considerados como desplazados sino desalojados, que en ese concepto la Secretaría del Bienestar podría tomarlos en cuenta para beneficiarlos con algún programa.
“Fuimos muy bien atendidos por Martín Ahumada, el presidente municipal y sus funcionarios, siempre nos dijeron que éramos prioridad y que íbamos a tener el apoyo, pero ya ahora al finalizar su mandato, se atrevieron a decirnos lo que es, la verdad, que no está en sus manos porque el municipio no cuenta con fondos y que nosotros no reunimos los requisitos como desplazados y que probablemente el estado nos ayude, pero como desalojados”, lamentó.
“Pedro” expresó que el temor es que con la entrada del nuevo gobierno municipal les pidan que desalojen el techo que les dieron de forma provisional y en caso de que así fuera la preocupación que no los deja dormir es que no tienen a dónde ir y no pretenden regresar a la sierra.
Este martes las ocho familias que tienen dos años viviendo alojados en la preparatoria Mújica, con toda la fe, acudieron al Centro Cultural de Guasave para que ser considerados en la actualización del Padrón de Personas Víctimas de Desplazamiento Forzado Interno que se abrió en este municipio por la Secretaría del Bienestar y Desarrollo Social (Sebides).
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Este trámite para ellos es como un nuevo empezar y otra vez lleno de incertidumbre porque saben que lidiarán con la burocracia, pero en otras condiciones distintas al escenario que tenían hace 16 años, ya que actualmente toda su documentación acredita la residencia en Guasave, y al largo tiempo del cambio de vida al que forzosamente se sometieron sólo esperan que ahora sí haya certeza de que tendrán un lugar para vivir.