Guasave, Sinaloa. En cuestión de minutos la creciente no solo arrastró pertenencias sino también la tranquilidad de una familia que nunca imaginó enfrentar semejante tragedia. En la colonia Tierra y Libertad, en Guasave, la familia de Héctor David Bernal vivió una de las noches más difíciles de su vida cuando el pasado domingo el río Sinaloa se desbordó y su hogar quedó bajo el agua.
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La casa de la familia Bernal fue la primera en la zona en ser alcanzada por el agua, que entró sin advertencia y aunque en años anteriores las lluvias habían sido una constante preocupación, las inundaciones no habían pasado de ser una molestia en el patio, esta vez fue diferente, junto a su esposa y sus tres hijos, apenas tuvieron tiempo de sacar lo indispensable.
“Eran como las 8 de la noche cuando nos dimos cuenta de que el agua ya venía subiendo por el río. En menos de media hora ya estaba acá en el álamo. Solo lo que pudimos agarrar a la mano; el resto se quedó, sobre todo ropa y otras cosas menores”, expresó.
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- Con las crecientes de las riberas del río arrasaron con las pertenencias en cuestión de minutos de la familia Bernal. Fotos: Jonathan Espinoza.
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- Con las crecientes de las riberas del río arrasaron con las pertenencias en cuestión de minutos de la familia Bernal. Fotos: Jonathan Espinoza.
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- Con las crecientes de las riberas del río arrasaron con las pertenencias en cuestión de minutos de la familia Bernal. Fotos: Jonathan Espinoza.
Lo que más afectó a Héctor y a los suyos no fue solo la velocidad con la que el agua subió, sino la ausencia de avisos por parte de las autoridades. En el pasado, solían alertar a los vecinos cuando el río comenzaba a crecer, dándoles tiempo para actuar.
“Antes sí avisaban, ahora no. Nos enteramos por un vecino. Andábamos fuera y cuando llegamos, ya teníamos el agua afuera de la casa”, relata con frustración. La rapidez con la que ocurrió todo dejó poco margen de acción.
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Tras la inundación, la familia Bernal encontró refugio temporal en casa de un familiar en la colonia 17 de Mayo. Allí, junto a su esposa y tres hijos, trataron de asimilar lo sucedido mientras evalúan los daños. Pese a que lograron salvar algunas pertenencias, lo perdido representa un golpe duro para su economía y su día a día.
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