Los Mochis, Sin.- Hace 37 años en una comunidad rural ubicada al norte de Ahome, dos hermanitos atraparon ardillas y las llevaron a su casa para tenerlas en una jaula, esa aventura de tener nuevas mascotas se convirtió en una pesadilla: una de ellas mordió a su padre cuando buscaba liberarla y lo contagió de rabia, enfermedad que le arrebató la vida.
En ese momento él no le dio importancia a la mordedura y siguió con sus actividades normales hasta que cayó en cama, tras iniciar con un acalambramiento en la mitad de su cuerpo, y, de ahí, un constante empeoramiento de su estado de salud, por lo que fue trasladado a un hospital privado en Los Mochis.
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Florencia “N”, hija de la víctima, decidió contar la historia de su padre y familia, para que las personas no bajen la guardia frente a la enfermedad que se contrae por la mordedura de cualquier animal salvaje y doméstico.
Narró que tras internar su familia a su papá, los médicos estuvieron atentos a su caso, que consideraron como tétanos o encefalitis equina, pero no rabia, porque las autoridades de Salud se jactaban de que en Sinaloa ya estaba erradicada.
“La rabia es una enfermedad que incuba demasiado rápido, en un periodo de un mes, más, menos, ya causó estragos, incluso la muerte. Él comenzó con acalambramiento en la mitad de su cuerpo, las articulaciones no podía moverlas, empezó a estar en casa, un hombre de 38 años, apenas, muy activo, demasiado activo y cayó en cama, no entendíamos el motivo, y a partir de ahí en declive: dolores muy fuertes de cuerpo, dolores de cabeza más, menos, una semana, hasta que en un momento dado a través de familiares, se optó por traerlo a Mochis […] estuvo internado 3 días y, en 3 días, falleció.
“Fue demasiado rápido, ya sufría de ataques tipo epilépticos, su cuerpo, a lo que dice mi mamá, se convulsionaba y se retraía, como que se hacía chiquito; en ese momento no sabíamos que era rabia, de hecho, a nosotros como familia se nos ocultó el tema de que había sido rabia, se manejó como tétanos y como complicación con encefalitis equina”, explicó la joven a Línea Directa.
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Tras la muerte de su padre, la familia tuvo que abandonar su comunidad ante el temor de que pudiera revelarse la causa de muerte y fueran señalados como “hijos del rabioso”, debido al estigma que existía y persiste sobre este padecimiento de zoonosis viral.
“De hecho, nosotros tuvimos que dejar el lugar donde vivimos para trasladarnos a otra ciudad porque alguien decidió por nosotros que era lo mejor, porque si la información se difundía en la comunidad, no nos iban a bajar de los hijos del rabioso, siempre ha existido miedo sobre esta enfermedad”, continuó explicando Florencia.
La joven señala que el acta de defunción se imprimió con la causa de muerte: tétanos, para evitar la exposición de la familia, pero las autoridades de Salud en Sinaloa sí realizaron una vigilancia y rastreo epidemiológico que, finalmente, no persistió.
“Fue como parte de: no digas, para no crear alerta. Esa fue la contraparte de lo que pasó con la autoridad, pero sí hicieron rastreos, pero no lo generalizaron al pueblo. Pero si en el acta de defunción se hubiera puesto: rabia, hubiera sido más fácil que la gente se enterara, nos hubieran expuesto a nosotros los hijos y la familia con el estigma del rabioso que se murió”, dijo.
Después de 25 años de la muerte de su padre, Florencia y su hermano se enteraron por el médico que lo atendió en Los Mochis, cuál fue la verdadera causa de muerte y cómo se produjo el contagio.
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Ambos agradecieron que, en su momento, cuando eran niños, no se les culpó de la muerte de su padre y pudieron crecer y ser adultos con la suficiente capacidad para entender que fue un accidente. Pero, sobre todo, que esta enfermedad se pudo haber evitado si su padre hubiera ido de manera inmediata al médico a aplicarse la vacuna.
“El tema es que él ya era adulto, él ya sabía, él tampoco fue al médico a checarse esa situación, jamás imaginó que un problema de este tipo le iba a acabar la vida tan rápidamente, le iba a suceder a él, aquí es la concientización si es un perro, un gato, lo que sea, si hay mordedura o rasgadura, inmediatamente acudir al médico y decir qué fue lo que pasó”, explicó Florencia.
A través de Línea Directa, la joven pide a las personas no bajar la guardia ante esta enfermedad y, sobre todo, que ante la mordedura de cualquier animal doméstico o salvaje, se acuda inmediatamente al médico.
