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Guasave, Sin.– “Me gusta venir a la escuela, me gustaba más cuando no había COVID-19 pero llegó la enfermedad y valió “chucha”, todo”, estuvo muy atento de responder Juanito, sentado en la tercer fila de su grupo a más de metro y medio de distancia de sus compañeros.
Hoy en la escuela primaria Carmen Serdán, retomaron las clases, formaron a los niños al ingreso del plantel, les tomaron la temperatura, les pusieron gel antibacterial en las manos y los sanitizaron, con los maestros no fue la excepción.
Es uno de muchos planteles que este lunes volvieron a la “vida”, con el regreso presencial, muchos de los niños con más de dos años sin ver a sus “iguales”, a sus amiguitos y sin conocer a sus profesores.
“Mi mamá me levantó temprano, aún traigo algo de sueño, eran antes de las 7 de la mañana, ella se levantó a hacernos desayuno pero a un ritmo más lento, no sé por qué a ese ritmo, ella era antes muy rápida, yo creo que porque ya crecimos, antes yo era muy chiquito, tenía dos años en casa, habíamos venido pero muy poco tiempo y como subió el COVID-19 se hizo hasta el día de hoy”, dijeron.
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La pregunta del millón, ¿han tenido algún síntoma?, la respuesta, al menos de los que este lunes se presentaron fue negativa, así es que todos los grupos se activaron, incluso el de Educación Física, con el profe Lalo, que no sólo “levantó a sus menos de 10 alumnos, sino que les “inyectó” ánimos.
En el plantel las instalaciones lucieron como nunca, limpias, recién pintadas y con un brillo singular, como si se hubieran renovado esperando de nuevo a sus “hijitos”.
