Los Mochis, Sin.- ¿Qué va a pasar con las pertenencias de las pasajeros de los autobuses que fueron despojados e incinerados por sujetos armados durante el “Jueves Negro”? Eso es lo que se pregunta Ari Melendres Martínez, quien junto a su familia viajaba en el camión de una empresa local, con número económico 377, de Los Mochis a Culiacán, para llegar al aeropuerto y tomar un vuelo a Los Cabos, Baja California Sur, pero la violencia tras la captura de Ovidio Guzmán López, los hizo vivir la peor experiencia de su vida.
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El joven narra a Línea Directa que, ese jueves, salieron de la terminal de Los Mochis a las 4:00 de la mañana, posteriormente, llegaron a Guasave, donde subieron más usuarios, los cuales tenían citas médicas en el ISSSTE e IMSS.
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Fue a alrededor de las 6:15 de la mañana que a bordo de la unidad quedaron sin paso a 2 kilómetros de la caseta de cobro El Pisal, mejor conocida como La Platanera.
Los pasajeros que iban escuchando Línea Directa le expresaron al chofer que se regresara a Los Mochis porque Culiacán estaba bloqueado; sin embargo, este les dijo que no recibía instrucciones por lo que se quedó varado en la larga fila, hasta que, a las 8:30 de la mañana llegó un convoy con gente armada que los bajó del autobús con rifles de alto calibre en mano.
“Le decíamos nosotros al chofer que se regresara, pero, no, no quiso hacer caso, dijo: no me han dicho nada. Ya, pues, ya llegó un convoy con gente armada y nos bajaron del camión, no, nos bajaron, somos los que caminábamos, los que llevábamos hasta gente enferma, gente que iba al ISSSTE, al IMSS”.
“Perdimos todas las mochilas, todo el equipo, ese camión lo quemaron porque los choferes llegaron después y nos dijeron que ya lo habían quemado”, dijo Ari Melendres a Línea Directa.
En ese momento, lo último en lo que pensaban era en sus pertenencias, pues su única mentalidad era ponerse a salvo, principalmente a los niños y personas enfermas.
Por eso siguieron caminando, parando por varios minutos para estabilizar a los enfermos y a las personas que caían en pánico.
Cuando por fin llegaron a El Caimanero, Mocorito, cayeron en otro bloqueo de civiles armados, un comando más grande que el de la caseta, donde el terror e incertidumbre volvió a apoderarse de todos.
“Ahí nos tuvieron como rehenes, en una casetita de una fondita”.
-¿Qué les decían ellos? ¿Los hombres armados?
“Que no nos moviéramos y empezaron a quitar camionetas a los paisanos; quitaron camionetas y atravesaron camiones y echaron llantas para quemar todo”, narra el pasajero del autobús 377.
El instinto de supervivencia fue lo que lo llevó a él y a su familia, integrada por tres niños y 4 adultos, a salir del lugar ante el miedo de que explotaran los tanques de gasolina y amoniaco que estaban cerca; con él, huyeron el resto de personas que estaban en ese cuarto de 5 por 4 metros, alrededor de 300 personas, a la comunidad de Caimanero, para pedir refugio.
Ahora, tras toda esta historia de terror y encontrarse a salvo, la familia busca saber quién va a responder por los daños materiales que sufrieron con la quema de sus pertenencias en el autobús en el que viajaban.
Todo lo que sucedió durante el Jueves Negro en Sinaloa está en la sección especial de Línea Directa
Hasta ahorita, el encargado de la empresa local de la línea de autotransporte donde viajaba Ari, señalan que, no los ha atendido, solo les ha expresado a través de su secretaria que también está buscando hacer válidas las pólizas de los seguros.
Ante esto, presentaron una denuncia formal ante el agente del Ministerio Público en la Vicefiscalía General de Justicia de la Zona Norte, en espera de que les hagan válido el seguro de pasajeros o alguien responda por los daños porque se quedaron sin nada.
Además, el próximo viernes regresará él, sus tres sobrinos, cuñada y hermanos a Los Cabos, ciudad en la que viven, y temen que nadie responda por los daños.
“Queremos dejar algo, ya de perdida dejamos la denuncia ante el Ministerio Público y darle seguimiento porque es un abuso. Me dice el Ministerio Público, es que ellos, dice, van a meter la póliza y la van a meter por todos los boletos que ya vendieron, la van a cobrar y a quién se la van a pagar, me dice”, expresó.
Finalmente, recomendó a todos los pasajeros que, como él, perdieron sus pertenencias y cuentan con sus boletos y comprobantes de equipaje, que se acerquen a la Fiscalía General de Justicia del Estado y presenten una denuncia por daños y prejuicios contra las líneas de autobuses para que, mínimamente, logren recuperar sus pérdidas materiales, porque el susto, miedo y terror, nadie se los va a reponer.