Guasave, Sinaloa. México importará 24.5 millones de toneladas de maíz durante 2025, lo que representa el 51 por ciento del consumo nacional. Esta cifra pone de manifiesto la creciente dependencia del país en la producción extranjera de este grano básico, de acuerdo con el economista y asesor de Futuros, Samuel Sarmiento Gámez.
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De acuerdo con los datos presentados por el especialista en Políticas Agrícolas y Agroindustria, el balance de oferta y demanda del maíz en México para marzo de 2025 refleja una reducción de 400 mil toneladas en la producción nacional. A su vez, los inventarios finales de maíz han caído 1.4 millones de toneladas, mientras que el consumo forrajero aumentó en 1.2 millones de toneladas, generando una presión adicional en el mercado de este insumo clave para la alimentación y la producción pecuaria.
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Esta situación ha llevado a una disminución en las exportaciones de maíz mexicano en 2.9 millones de toneladas, reflejando un panorama en el que el país cada vez depende más de las importaciones para satisfacer la demanda nacional.
México importará más de la mitad del maíz porque la producción no alcanzará
Contexto global: aumento de oferta y mayor producción en Ucrania.
A nivel internacional el mercado de maíz también ha registrado un aumento en la oferta global de 1.7 millones de toneladas. Sin embargo, este incremento no ha sido suficiente para contrarrestar la caída en los inventarios finales, lo que genera incertidumbre en la estabilidad de los precios.
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Uno de los factores clave en este escenario ha sido el aumento en la producción de maíz en Ucrania, que creció en 300 mil toneladas. Mientras tanto, la producción de otros grandes exportadores como Estados Unidos 31 por ciento, China 24 por ciento, Brasil 11 por ciento, Argentina 4 por ciento y México 2 por ciento, ha tenido variaciones en sus niveles de producción y exportación, lo que impacta directamente en la disponibilidad del grano en el mercado global.
Ante esta situación, Samuel Sarmiento enfatizó la importancia de estrategias financieras que permitan proteger los ingresos de los productores y garantizar la comercialización de las cosechas. En este sentido, destacó el papel de las coberturas de precio, diseñadas para mitigar los riesgos y no para fomentar la especulación en el mercado.
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El incremento en las importaciones de maíz podría traer efectos en los precios nacionales, afectando tanto a productores como a consumidores. Con la reducción en la producción nacional y el alza en la demanda de maíz forrajero, el reto para México será garantizar el abastecimiento del grano sin que esto comprometa la estabilidad económica del sector agrícola.
A pesar del crecimiento de la oferta global, las tensiones en el comercio internacional y la dependencia de importaciones dejan a México vulnerable a factores externos como el aumento en costos de producción y logística, así como a posibles restricciones comerciales en países exportadores.