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Mazatlán, Sin.- Una disminución clara en sus ingresos sufre la Iglesia Católica del sur de Sinaloa, luego de que la entidad entrará al color naranja del semáforo epidemiológico del COVID-19, ya que muchos feligreses optan también por restringirse y asistir a los servicios religiosos en las distintas parroquias de la Diócesis de Mazatlán, manifestó Mario Espinosa Contreras.
El obispo indicó que lo observa claramente en las confirmaciones o primeras comuniones, donde de 60 personas que son inscritas para este tipo de servicios religiosos, en ocasiones más del 50 por ciento, prefiere postergarlo para otras fechas, en espera de que disminuya esta cuarta ola de contagios, más con esta variante de Ómicron.
“Todo, todo ha disminuido el mismo trabajado ha disminuido, las reuniones han disminuido, la catequesis ha disminuido, pláticas que se daban, cursos y talleres no se dan, están virtuales, o se dan en tiempos muy cortos, igual que en todas partes vivimos lo mismo, una disminución y hasta en el dinero”.
Espinosa Contreras dijo que la situación más severa que la Iglesia ha enfrentado en sus ingresos y pegó al grado de disminuir sus gastos operativos, fue a inicios de la pandemia, cuando hubo un confinamiento; sin embargo, a la fecha, cada parroquia ha aplicado su esquema para no sufrir tanto.
Apuntó que tanto sacerdotes como las mismas religiosas de la Diócesis de Mazatlán, se vieron obligados a ajustar o disminuir sus salarios, pero sin perjudicar a los laicos, que muchos también prestan un servicio administrativo.