Guasave, Sin.- Es la otra cara de la moneda, la reactivación de los basurones clandestinos les ha dado un respiro, la contingencia sanitaria en el municipio de Guasave por los desechos regados por todas partes, para ellos son “bendiciones”.
Es el caso de aquellos que comen de lo que otros tiran, Juan y Antonio, se levantan temprano todos los días para esperar a que llegue la primer descarga de camiones recolectores, juntan plástico, cartón y hasta algún alimento que detecten no echado a perder.
¿De eso vive usted?
“Sí”.
¿Cómo cuánta gana con un día de pepena?
“Hasta que se llene el costal gano”.
Si no sale a pepenar ¿no comen?
“No, pues no, cosas perdidas no”.
“Aquí vivo yo, tengo un niño chiquito”.
¿En la mañana y en la tarde juntan?
“Todo el día”, refirieron.
Muy cerquita del basurón de El Burrión, está la vivienda de uno de ellos, armada con pedazos de manera y cercada con lámina y hules negros, ahí tiene a su familia, un pequeño de apenas dos meses de edad sobre vive junto con ellos, tiene poco de nacido pero es el motivo que a diario los impulsa a levantarse.
Por él, su padre refiere que él no quema los desechos ni las llantas viejas para sacarles el fierro, aunque le representen algunos pesos de ganancia, pero jamás expondría a su hijo al humo, sabe que le haría daño con las corrientes de aire, así se justifica cuando uno de los vecinos de la sindicatura acude a reclamarles la humareda que cruza la carretera internacional México 15.
De manera literal, familias enteradas viven en Guasave entre la basura y al haberse reestablecido el servicio con la empresa PASA ahora se quedarán sin empleo.