Culiacán, Sin.– Con cada ciclo agrícola la quema de soca se vuelve una práctica común en los campos sinaloenses, sin embargo, la actividad además de generar una alta contaminación, daña también la fertilidad de los suelos, según advirtió Azareel Angulo Castro, investigador del área de Suelos y Agua de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
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Evitar la quema de soca puede contribuir en muchos sentidos para el beneficio no solamente de los cultivos y el medio ambiente sino en general promover las buenas prácticas en la siembra, sobre todo del maíz.
“Pues para contribuir con el medio ambiente, reducir el calentamiento global, reducir la perdida de la fertilidad de los suelos y al no quemar vamos también a incrementar las poblaciones microbianas benéficas de los suelos”, dijo
La soca de maíz es materia orgánica compuesta por carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, y al quemarse esa biomasa, se libera el carbono en forma de CO2 hacia la atmósfera, siendo este un gas de efecto invernadero, causando el incremento del calentamiento global.
Sin embargo, Angulo Castro advierte sobre la posibilidad de que en este año se incremente la quema de soca debido al problema del precio del maíz que es muy bajo y esto incita a que el productor se desespere y que no tenga recursos para incorporar el residuo orgánico, por lo cual se les facilita quemar la soca.
La quema de soca (principalmente del maíz) es una actividad que se realiza bajo el argumento de un ahorro en el combustible, pero quienes llevan a cabo estas acciones no toman en cuenta las afectaciones que causan a través de esta práctica.
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La actividad está penalizada desde 2020 en Sinaloa, cuando el Congreso del Estado llevó a cabo reformas a delitos ambientales, con multas que van desde los 500 hasta los 3 mil salarios mínimos y de 1 a 7 años de prisión.