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“Mi papá se drogaba y yo lo miraba que era fácil”: A sus 7 años, Jesús cayó en las adicciones

Actualmente el jovencito tiene 11 años y a su corta edad sabe en carne propia que las adicciones dejan muchas experiencias dolorosas que difícilmente se podrán borrar, por lo que espera que su historia visibilice a los niños adictos que viven casi a escondidas, entre la sociedad en Los Mochis

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Los Mochis, Sin.- A la edad de 7 años, Jesús -nombre ficticio- inició el camino oscuro y doloroso de las adicciones, al crecer en una familia, en Los Mochis, donde las drogas estaban al alcance fácilmente. y los adultos que debían protegerlo, le daban ese ejemplo: normalizando la conducta adictiva.

A su corta edad probó casi todo: tabaco, mariguana, resistol y cristal (metanfetamina). Llegó a depender únicamente de las drogas, incluso, dejando de comer a pesar del hambre, para poder comprar los estupefacientes.

Actualmente cuenta con 11 años de edad y, aunque lleva 2 años en rehabilitación, cuenta que el proceso de desintoxicación y secuelas de las sustancias adictivas le ha costado “lágrimas, sudor y sangre”.

El jovencito, con el fin de hacer tomar conciencia sobre los riesgos que enfrenta la población infantil frente a las drogas, aceptó contar su historia de vida a través de Línea Directa, para que tanto adultos, jóvenes y niños, eviten caer en ellas.

Y es que Jesús, como cualquier niño aprendió del ejemplo de sus padres, en su caso, de su figura paterna, quien aunque nunca le ofreció directamente las drogas, tampoco hizo nada por ayudarlo a dejar las adicciones.

“Mi papá se drogaba y yo lo miraba como que era fácil. Él un día, bueno, no me lo dejó, pero en donde vivíamos había una tabla y ahí dejó el cigarro él, y yo por curiosidad fui y lo agarré, como miraba cómo le hacía él, pues hice lo mismo.

“Con el transcurso del tiempo así fue pasando y un primo también consumía, él me decía que eso (droga) me iba a ayudar cuando me pegaba mi papá y me decía que era como que me iba a olvidar del dolor, que consumiera, él me ofrecía mariguana”, narró el jovencito.

Jesús dejó de estudiar en segundo grado, no le gustaban las clases, no le hacía caso a su maestra, se consideraba así mismo, en esa etapa de su vida, como ingobernable.

Cuando acudía a su escuela primaria terminaba por salirse del salón junto a otros niños de su misma edad o más grandes, y buscaba casas abandonadas para drogarse junto a ellos.

Fue hasta que comenzó a probar los efectos de la inhalación del resistol, cuando ya tenía 8 años, que su familia comenzó a notar que había caído en las adicciones.

“Al paso del tiempo ya no me empezó a importar y mi papá me empezó a cachar, de que mi primo, mi primo, el que me llevó a consumir, él le dijo. Mi papá me dijo que eso estaba mal, pero mi respuesta fue que no me podía decir nada si él lo hacía frente a mí”.

¿Tú papá también consumía drogas?

“Sí, cristal, se inyectaba, también ‘resistoleaba’, tabaco, mariguana y pastillas”, relató.

Jesús es el menor de siete hermanos: tres mujeres y cuatro hombres, integran su familia. Su mamá, la única que no consumía drogas, trató de ayudarlo, le pidió dejar las drogas, pero estaba imposibilitada económicamente para anexarlo en un centro de rehabilitación.

¿Qué te dijo tu mamá?

“Que dejara la droga, que eso no era bueno para mí, menos para un niño, que ella tenía un futuro para nosotros, pero como somos varios, pues también tenía que ir con los demás para no descuidarlos. Y yo le decía a mi mamá que si mi papá se drogaba, por qué yo no”.

Aunque la señora buscó ayuda en asociaciones y autoridades, ninguna acudió en su auxilio.

Así fue como poco a poco la adicción de Jesús fue aumentando y lejos de buscar refugio en su madre, se apoyó más en su papá, en quien sentía que lo comprendía.

“Mi mamá siempre buscó la manera de ayudarme, pero mi papá no quería, se peleaban y yo con el que me iba era con mi papá, en lugar de correr con mi mamá, porque yo sabía que mi mamá me iba a ayudar y mi papá no. Él quería que yo siguiera ese camino, pues, llegué hasta el grado de consumir hasta junto con él cristal y mariguana”, detalló Jesús.

El jovencito señaló en esta primera parte de su entrevista a Línea Directa, que como él, otros niños más viven entornos familiares similares: adicciones, pobreza, violencia y falta de apoyo gubernamental o social.

Por eso, a través de su historia de vida, desea que esta realidad sea visible para todos y no se les siga dejando de lado.

Además, en una segunda parte, que se publicará próximamente, narra cómo las drogas le arrebataron a su padre y lo sumaron a la larga lista de personas desaparecidas que nadie busca.

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Jessi Jáuregui

Jessi Jáuregui

Reportero

Jessi Jáuregui

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