Guasave, Sin.- “Me tocó mientras dormía y me obligó a tener relaciones sexuales”, dice con letras grandes una cartulina de color blanco en la que aparece el nombre y apellido de un “patán”.
La cerca perimetral de la biblioteca pública en Guasave fue el escenario perfecto para un tendedero del acoso, ese que todavía alberga tantas historias de mujeres con un factor común: la agresión sexual.
Casos como el que exhibe al esposo de la hermana con nombre y apellido, o aquel que, acusan, aprovechándose de que era menor de edad la obligaba a sostener relaciones sexuales e incluso el novio que la tomó por la fuerza.
Sin que haya una cabeza visible salvo las Sororas de Guasave como organizadoras de este tipo de ejercicios, mujeres se expresaron en el tendedero del acoso realizado en Guasave.