Guasave, Sin.– La fila era impresionantemente kilométrica, iniciaba en ECEA, daba vuelta en Ciidir para internarse por el dren San Joachín rumbo a la calle 100, el sol era insoportable y los jóvenes estaban ahí desde 5:00 horas de este viernes.
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Difícil controlar a una población de esa edad en la que estaban anexados aquellos adultos que por alguna razón no acudieron a su convocatoria por la vacuna antiCOVID-19 en las jornadas anteriores; la temperatura de más de 35 grados centígrados con sensación térmica de 40 ponía a prueba la fortaleza de cualquiera, por eso al ser entrevistados en la espera hubo algunos que mencionaron que si no se “morían de COVID-19, sería de deshidratación”.
“Vengo de Toruno, -Carboneras, -Juan José Ríos, -Los Mochis”.
¿En un municipio que no le corresponde?
“Es cura, somos de Cherríos”.
¿Desde qué hora están aquí?
“Desde las 7:00”.
“Yo desde las 8:00”.
Hasta con toallas se están cubriendo…
“Sí oiga porque está muy duro el calor”.
“Si no me muero del COVID-19, nos morimos de la deshidratación”.
¿Y la sana distancia?
“No vino, oiga, no le tocaba ahora la vacuna a esta”.
¿No la programaron para hoy?
“No”, bromeaban los jóvenes.
No era para menos, aunque para ellos no era preocupante estar ahí por más de cuatro horas, lo cierto es que los vapores del pavimento en otro sector hubieran causado estragos a su salud, la fortaleza para la juventud es diferente, en el segundo día de la jornada de vacunación anti COVID-19 con la dosis de AstraZeneca hicieron fiesta, afortunadamente sin complicaciones más allá del festejo que ellos mismos generaban.
La vacunación a pesar de lo abarrotada que estuvo fluyó de manera rápida, la intención de parte del personal de Bienestar, al que se congregaron hoy más voluntarios de la UAS, era desfogar lo más pronto posible la alta demanda que tuvieron para evitar que estuvieran mucho tiempo en la fila, dijo Daniel Hibraim López Armenta, director regional 04.
