Guasave, Sin.- Su hija fue al primer día de clases presenciales este lunes, cuando llegó le dijeron a Lupita que serían cuatro asignaturas, eran las 8:00 horas y para las 12 horas estaría de salida; prefirió esperarla, tenía un poco de incertidumbre, pues ella y sus hijos llevan un año y medio resguardados, con el temor a un contagio por COVID-19.
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No se le permitió ingresar a las aulas, tampoco ella quiso hacerlo, le dio su espacio a la adolescente que a partir de esta semana conoció a sus compañeros de clase, en segundo grado, donde si bien es cierto le dieron todas las indicaciones para tomar en cuenta.
“Estaba con el pendiente, estaban todos los niños aquí, le dije: hija separadita, separadita, usted cuando escuche, los de segundo año aquí van, usted ya se acerca, tienes que tomar tu distancia, así, así, así, como nos hemos cuidado el año y medio que tenemos. Como nos hemos cuidado tanto, salimos nada más lo indispensable”, dijo la madre.
Lupita iba acompañada con su pequeño hijo de alrededor de 8 años de edad; aseguró que se había mantenido en casa saliendo solamente lo esencial y a su hijo no lo mandará a clases presenciales, pues no tiene la confianza de saber que se dejara el cubrebocas y estará sanitizando sus manos.
Aún le da temor aquello de tocar las superficies contaminadas, aunque se relajó al saber que es mínimo el porcentaje de enfermedad de esta manera.