México.- Uno de los problemas más fuertes que enfrentamos los seres humanos es enfrentarnos a los cambios.
Para algunos adoptar nuevas medidas en el trabajo, en el hogar, en pareja, en la vida social, resulta fácil y hasta divertido porque su apertura a renovarse es constante, pero para otros es una cadena que los va enrolando en un círculo vicioso muy peligroso.
Estudios recientes indican que la resistencia al cambio no siempre es consciente por parte de las personas, sin embargo hay quienes la tienen bien focalizada pero deciden continuar en la actitud.
Se dice que todos buscamos nuestro bienestar y que queremos ser felices. Se dice que hacemos todo lo que está a nuestro alcance para lograrlo. Si pasas por un problema y te preguntan, seguro dirás que darías lo que fuera por salir de él. Sin embargo, el psicoanálisis y la psicología han descubierto que esto no es tan cierto. Lo comprueban durante las terapias: los pacientes se resisten a curarse”, dice Edith Sánchez graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá y autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros.
En sus investigaciones destaca varios puntos de quienes la padecen y que van implícitas en el proceso de curación, la cual puede ser problemática para muchos que se resisten.
- -Al sanar un gran sufrimiento, también se pierden algunos beneficios.
- -Se trae una culpa tan grande, y tan irracional, que mejorar no es una opción.
- -El miedo a sufrir más.
El nivel de resistencia es lo que determina si nos afecta o no, lo importante es que ante el cambio hay que establecer estrategias, renovarnos y no permitir que nos enfermen. Es un trabajo de superación, de apertura, de paciencia y sobretodo de inteligencia emocional.