Culiacán, Sin.- La fundadora del colectivo “Sabuesos Guerreras”, María Isabel Cruz Bernal, está desconcertada y molesta tras haber sufrido intimidación en las inmediaciones de Viturato y la Platanera, Navolato, cuando realizaban trabajos de mapeo.
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Ante el micrófono de Línea Directa, expresó que le indigna la impunidad con la que grupos del crimen organizado se adueñan de las brechas, las carreteras y aquellos rincones donde podría estar enterrado alguno de sus seres queridos.
En ese sentido, manifestó que le enfurece la respuesta de las autoridades, quienes llamaron este hecho un “encuentro casual” a lo que ella considera un pleno acto de intimidación hacia el colectivo que encabeza.
“Parece que lo que te pase aquí todo es casualidad, ellos lo dicen, entonces no nos espantemos si nos asaltan, si nos matan, si nos balacean, porque va a ser una casualidad”.
¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué fue lo que vivieron ustedes?
“Para nosotros fue una intimidación, desde que pasaron las camionetas tocándonos el claxon, haciéndonos señas, rechinando las llantas y nos esperaron en un punto donde teníamos que pasar, para nosotras esa es una intimidación, creo que esas “casualidades” nadie las quiere vivir porque el miedo y la psicosis está presente. La seña fue: ¡sálganse de aquí!”, comentó.
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Consideró que esas “casualidades” son parte de una dura realidad que enfrentan miles de familias en el país, en un escenario preocupante en materia de desaparición forzada.
“Esas pequeñas casualidades no deberían de existir, ¿debemos esperar a que nos maten?, ¿a que nos levanten para saber si fue o no una casualidad?”.
A principios de mayo, María Isabel Cruz Bernal denunció vigilancia y acoso de parte de hombres armados en las inmediaciones de su domicilio, pero no es la primera vez que la intimidan, pues desde el 2017, año en el que inició la búsqueda de su hijo, el policía municipal de Culiacán, Reyes Yosimar García Cruz, de 28 años, desaparecido el 26 de enero de 2017, en cinco ocasiones ha sido víctima de amenazas, para que deje su activismo.
¿Qué pasó con el tema de halconeo?, se le preguntó.
“Era un joven empecherado, con radio que andaba en moto y estaba vigilando, pero también es otra de las cosas casuales”, dijo en tono irónico.
¿Ese asunto quedó ahí?
“Así es, no supimos nada más, solicitamos protección, me dan rondines únicamente por la noche, llega la policía a que yo le firme y ya de ahí es todo”, comentó.
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Pese a las amenazas, dijo que seguirán con pico y pala hurgando en la tierra hasta encontrar a quienes un día salieron de casa para no volver.
